Tener sobrepeso en un mundo en el que se le exige a los artistas mantener un modelo específico de belleza esbelta, se tiene que afrontar como lo hace el animador Alí Warrington diariamente, con seguridad e inteligencia.

El presentador de La noche encima de Univision, y locutor en las mañanas por más de una década de La perrera de Salsoul, realiza su faena con una prestancia y gracia que ya quisieran muchos flacos poseerla. 

 “Te enfrentas a un mundo en que la gente que está ante las cámaras son bonitillos, musculosos, y los preparan para eso por su físico. Estoy consciente que esta industria se rige por la imagen y muchas veces eso es más importante que cualquier otra cosa. Sin embargo, yo siempre he apostado a que el talento es mucho más importante que cualquier imagen, y eso se demuestra todos los días. De qué te vale tener un tipo ‘good looking’ y que no tenga los recursos, la gracia ni el talento para correr un espectáculo, ¿para tenerlo de maniquí? Hay gente bonita, que tiene los recursos y lo hace bien, eso es perfecto, pero se ha cometido el error de poner a una persona frente a un programa por su físico y no pasa nada. La historia está ahí para contarlo”, sostuvo el artista. 

Alí asegura que no se mata ejercitándose en el gimnasio.

“Nunca, y mi cuerpo lo dice todo. No soy gordito, soy de huesos anchos y me sobra piel… Si asisto al gimnasio es por la condición física, por una mejor salud, no por hacer músculo. Soy como un plasma, de lado finito y de frente ancho”.

 El pasado año, Warrington logró rebajar 50 libras con la dieta HCG (gonadotropina coriónica), y una vez logró el peso que deseaba, lo mantiene caminando. 

Indica el locutor de 99.1 que siempre quiso hacer radio. 

“Por mi cabeza nunca pasó, ni en mis sueños más remotos, hacer televisión, teatro y menos cine. Mi norte era la radio y le doy gracias a Dios y a los que me han dado la oportunidad de auscultar otras áreas del espectáculo. Para eso hay que trabajar y hacer lo que venga con el respeto que se tiene a esta industria”. 

Aunque ahora que sale a diario en la televisión tiene que preocuparse más por estar bonito y elegante, Alí confiesa que siempre le ha gustado hacerse manicura y pedicura. 

“Esta producción se ha botado conmigo en lo que es cariño, franqueza, honestidad, algo a lo que muchas veces no se acostumbra en esta industria”. 

 Compartir la animación con Daniela Droz es otro ángulo que le encanta del programa. “Me siento cómodo de tener al lado a una mujer grande como ella”.

Alí tiene una clara idea de la diferencia en los estilos tanto del programa de televisión como el de radio, así como los puntos en común.

“Siempre he manejado las emisiones de radio con seriedad, aunque sea un relajo. Pienso que es muy importante cuando estás en un medio instruirte, porque puedes meter las patas en cualquier momento, y las he metido 20 mil veces. Uno tiene que estar atento a lo que está pasando en el País”, afirma.

“ Si vas a entrevistar al gobernador o a un cantante de reguetón, siempre está la broma, pero debe primar lo serio porque no puedes basar una entrevista solamente en vacilón, tienes que tener cierta profundidad. Eso en La noche encima lo tengo más consciente. Por eso no nos centramos en lo que está hablando todo el mundo en la Isla, sino en información que la gente no conoce de ese invitado”.

Para poder mantenerse en pie con una jornada que inicia antes de salir el sol y concluye en la noche, tiene que tomar siestas cortas entre ambos.

“Me levanto a las 4:30 a.m. porque vivo cerca de la emisora, o sea que bajo de la cama y estoy en SalSoul y llego cerca del inicio del programa, que es a las 5:30 a.m. hasta las 10:00 a.m. Si no repusiera ese tiempo ya a las 2:00 de la tarde sería hombre muerto, porque si no descanso bien no coordino y se me olvidan las cosas. Así que cojo un nap (siesta) de dos horas máximo y a las 5:00 p.m. estoy en Univision”. 

 No obstante, el insomnio en las noches es su otra batalla. 

“Me acuesto tardísimo. Como salgo tarde de La noche encima con la adrenalina en high me cuesta conciliar el sueño”.

Su padre, el comediante Otilio Warrington “Bizcocho”, ha sido su mejor ejemplo de lo que es luchar duro por alcanzar sus anhelos. 

 “Vi a papi hacer todo este tipo de esfuerzos y de sacrificios que en ese momento no lo entendía. Hoy sí comprendo que esto es parte de la carrera a la nos dedicamos. Pero a mí me gusta lo que hago, me lo disfruto. La parte mala es que esto es un sacrificio para la familia porque me consume mucho tiempo, incluso en el fin de semana hay actividades que tengo que animar”.

 Alí es padre de tres: dos niñas de 17 y 7 años, y el nene, Isaí Alí, de 4 años. 

“El nene es chiquito, pero sabe que papá va a trabajar y que va a volver, está pendiente si estoy en la radio o en la televisión”. 

 Al también actor le ha tocado hacer un papel serio, una especie de ángel protector de uno de los protagonistas en la película Dos caminos, que estrenó el pasado jueves en cines de la Isla. 

“Mi personaje es de un sordomudo que tiene importancia en la historia. Es un drama social que presenta a estos dos hermanos, ‘Nicky’ y ‘Dann’, uno coge el camino del bien y el otro el camino malo”. 

Con ese papel, Alí debutó en la pantalla grande. 

“Estaba súper emocionado y contento de ser parte no solo de la película, sino de una propuesta de cambio que invita a la gente y a los jóvenes a reflexionar sobre las decisiones que uno toma en la vida y que pueden llegar a generar cosas positivas o negativas”.