Aunque su nombre de pila es Luis Santiago Hernández, ella es Madonna.

Y no se trata de un personaje que adopta en algún espectáculo unas noches a la semana, sino que en su día a día quienes interactúan con ella la reconocen como “Louis Madonna”.

Por los pasados 24 años, Louis se ha dedicado a imitar a su diva. Antes de cada espectáculo se pinta los labios de rojo, se maquilla los ojos, se coloca bien la peluca ondulada larga y culmina el proceso de transformación con vestimenta parecida a la que utiliza la intérprete de “Rain” en sus conciertos.  En su afán por parecerse a Madonna, Louis ha llegado a someterse a procedimientos cosméticos como aumento de pómulos, prótesis de barbilla y arreglo de nariz. 

“Antes tenía barba y tardaba más tiempo en maquillarme porque tenía que taparla. Pero como sabía que quería hacer una carrera de esto, pues me facilité la tarea dándome láser. Ahora me pongo una base, me hago los ojos, me pinto los labios con ‘lipstick’ rojo y ya. Trato de dejar la peluca y la ropa lista la noche antes para que el día que tenga que transformarme sea solo maquillarme y vestirme”, aseguró.

La admiración por Madonna comenzó cuando el transformista tenía 14 años. La primera canción que escuchó fue “Material Girl” y quedó cautivado cuando vio el vídeo musical inspirado en Marilyn Monroe, una de las actrices favoritas tanto de la cantante como de Louis.

“Mi hermana me regaló ese disco en (formato) 45 y luego me afané y me regalaron el ‘cassette’. Cuando cumplí los 15 años me puse a averiguar de sus discos anteriores y conocí el disco que se llamaba ‘Madonna’, que era blanco y ella estaba con las cadenas. Para mis 15 años, hice toda la decoración con las estrellas”, recordó Louis, quien en ese momento todavía no imitaba a Madonna y mucho menos imaginaba hasta dónde la llevaría su  admiración por la “reina del pop”.

Cuando llegó a la escuela superior, comenzó a dar rienda suelta a su talento imitando a George Michael, pero ayudó a una amiga a vestirse de Madonna y se limitó a ser uno de sus bailarines. No fue hasta que comenzó a estudiar estilismo que empezó a hacer presentaciones en los “parties de marquesina” que fueron tan populares en las décadas del 80 y del 90.

“Empecé a vestirme de Yuri y después de Madonna. Mi amigo Nelson Toledo me dijo que por qué no hacía de Madonna y como me quedaba bien, me bautizó como Louis Madonna. Empecé a coserme la ropa de noche,  conseguí a tres muchachos que bailaban y montamos el ‘Like a Virgin’ con la cama roja y todo. Mi amigo Antonio Cordero también me ayudó mucho y se convirtió en mi manejador”, rememoró.  El show tuvo tan buena acogida, que en la discoteca lo siguieron contratando y su fama comenzó a trascender el área oeste.

La única vez que ha visto a Madonna en concierto fue cuando ella vino a la Isla en el 1993. Luego de eso, montó un espectáculo similar al que la diva realizó en esa gira, llamada “Girlie Show”. “De ahí seguí haciendo más especiales de Madonna y como ella siempre ha estado activa, cambiándose el pelo y un poco la vestimenta, pues mensualmente estaba en una discoteca en Isabela”, añadió.

Luego vivió poco más de un año en Miami y allí también dio rienda suelta a su pasión por el transformismo.

“Allá trabajé con Sammy, el peluquero. Una vez estaba bien corta de dinero y me metí a una competencia de imitación y gané el primer lugar haciendo la canción ‘Beautiful Stranger’, en la que Madonna usaba una ropa bien sencilla. Los gringos se volvieron locos”, contó.

Cuando regresó de Miami se dio cuenta que el ambiente y el tipo de actividades que se presentaban en las discotecas había cambiado y empezó una nueva era con presentaciones en clubes privados, pero siempre destacando los mayores éxitos de Madonna.

“Ya no copio exactamente lo que ella hace en los conciertos, sino que trato de cambiar el orden para darle un elemento sorpresa a la gente. Tengo un amigo que me graba la música y yo le digo dónde cortar una canción y dónde empezar la otra”, añadió.

Aunque la admiración que siente por Madonna es mucha, Louis confesó que le da un poco de temor pensar en la posibilidad de conocerla en persona por miedo a decepcionarse. “De los artistas que he imitado, he tenido la suerte de conocer a Yuri. Como ella ya estaba en la religión, pensé que al verme podía no gustarle, pero fue bien amable”. También conoció a Thalía “y fue agradable”, mencionó Louis, quien añadió que ha tenido encuentros con otras artistas que imita y que son boricuas pero la experiencia no ha sido buena y dice que lo que le ha provocado es “no querer imitarla más nunca”.

Apoyo incondicional

Por más de dos décadas, Louis ha tenido la oportunidad de presentar su espectáculo en importantes discotecas locales y hasta en escenarios internacionales. En cada show recibe con mucho agradecimiento el aplauso de su público, pero su fanática número uno está en su casa y es su mamá.

Recuerda que cuando comenzó a transformarse en sus estrellas favoritas lo hacía a escondidas, por miedo a que a su madre no le gustara. Por eso, esperaba a que ella se durmiera para confeccionar el vestuario. Pero, su carrera fue creciendo y comenzaron a contratarla para hacer presentaciones en el área metropolitana.

“Antes las travestis se tiraban mucho (entre ellas) y como yo era la travesti de la Isla, como decían ellas, y había otra Madonna de Bayamón, querían ponernos a competir. A mí no me gustó ese revolú y decidí no salir más. Pero mami se dio cuenta de que algo me pasaba y le conté. Me dijo que si eso era lo que me gustaba, ella me iba a apoyar y ahí fue que empezó a coserme toda la ropa y la de los bailarines”, añadió. 

No obstante, desde hace varios años Louis ha bajado las revoluciones en cuanto a viajes y presentaciones lejos de su hogar en Arecibo. Pero la razón no es porque le falten energías o repertorio, sino que ahora cuida a su madre, quien es paciente de Alzheimer.

“Decidí que es momento para entregarme a su cuidado. Por muchos años fue ella quien me apoyó y me aceptó tal como soy. Ahora me toca devolverle todo ese amor y entrega, y pienso estar a su lado hasta el último momento”, dijo Louis con una mezcla de emoción, agradecimiento y tristeza.

Louis recuerda que su mamá lo acompañaba a muchos de los espectáculos que ofrecía en las discotecas. Hasta que en una ocasión esta se perdió. Luego de momentos de angustia la encontró, pero entonces decidió limitar su vida artística a lugares cerca de su casa para así siempre pernoctar junto a su progenitora.

Ahora se presenta todos los meses en el bar Don Primo en Hatillo y de vez en cuando hace shows en Lenel Oldies, una discoteca ubicada en Arecibo. 

“Cuando único me quedo de un día para otro es cuando voy a la parada gay de Cabo Rojo, porque una de mis hermanas se queda con mami. Ahora haré dos shows en San Juan aprovechando que voy a ir para allá a ver el concierto de Madonna y mi hermana cuidará a mami”, señaló en referencia a su participación en el evento “Tributo a Madonna” que se llevará a cabo el 27 y 28 de enero en el Palace Bar & Lounge, en Santurce, luego del concierto de la “Reina del Pop” en el Coliseo de Puerto Rico esos días.