Sin embargo, para el intérprete de La mordidita, la admiración y el cariño hacia la también animadora nacieron desde infancia. Según cuenta la artista, a principios de los años 70, cuando regresaba con un amigo de una fiesta, en el camino se encontró con un accidente de tránsito en el que había un herido. “A mí siempre me gusta ayudar, así que nos paramos y quisimos brindarle ayuda, así que montamos a la persona en el carro y lo llevamos al Centro Médico”, rememora.

Fue años después, al conocer a Ricky, que él mismo le confesó que creció escuchando a su padre decirle, cada vez que veía a la actriz en la televisión, “gracias a esa señora tú estás aquí, porque esa señora me salvó la vida”.

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Al hablar del artista, expresa que “le tengo un cariño maternal. Le deseo tanto bien y me siento tan orgullosa de él, en lo personal, en lo artístico, en sus valores filantrópicos”. Además, “es un buen hijo, buen padre, buen hermano. Cuenta con una carrera espectacular que ha sabido manejar. Y es muy humilde”.