El actor Álex Soto vive con la satisfacción de que distintas generaciones de puertorriqueños recuerdan a sus personajes en la televisión local, en especial a “Tomasa”.

Ese “regalo” le da las energías para continuar en los escenarios teatrales, aunque sabe que debe ser selectivo porque aún está en el proceso de adaptación de la prótesis de su pierna. Al artista le amputaron su pie derecho y parte de su pierna –justamente un poco más abajo de la rodilla– para atajar una infección en el hueso. La operación fue en verano de 2012, no obstante, el actor todavía batalla con un proceso para bajar de peso que le permita usar la prótesis con más comodidad y, luego, realizarse una cirugía bariátrica.

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“Con ser parte de la historia de la televisión de mi país, me doy por servido. Te puedes morir mañana porque sientes que aportaste y viviste disfrutando de tu talento”, comentó el comediante.

Aclaró que este regocijo no significa que le diga adiós a la televisión y al escenario, sino todo lo contrario. “Estoy entusiasmado con regresar para que la gente que piensa que por mis limitaciones actuales no voy a continuar mi vida teatral o artística, les demuestro con hechos de que estoy activo y que sigo trabajando en lo que más disfruto”, mencionó el transformista, quien forma parte del elenco de la producción Vidas de herejes, que se presentará del 14 al 17 de agosto en el Teatro Coribantes en Hato Rey.

Soto admitió que cuando se vio en el salón de ensayos, no pudo contener la emoción al verse sentado. “Tengo la prótesis, pero hago el monólogo en la silla. Es bien difícil. Confieso que empecé a llorar. Fue bien emocionante ver que no iba a ser fácil para mí, como pensaba. Me di cuenta que es bastante difícil mantener la atención del público con mis movimientos limitados y no quiero aburrir. Me produce ansiedad”, confesó al señalar que la dirección de Héctor Méndez ha sido vital para su preparación.

El artista, de 48 años, cuenta con la prótesis desde hace un año, pero aún no se acostumbra. “Tenía un pedacito de la herida que no había cicatrizado del todo y se me hacía difícil le hecho de provocarle fuerza y el peso, porque estamos hablando de mucho peso. No pensé que para estar de pie mucho tiempo necesitaba bajar bastante libras”, indicó quien padece de diabetes.

Soto pesa 315 libras, pero tiene que rebajar por lo menos 30 libras para someterse a la cirugía bariátrica. Su sedentarismo ha contribuido a que la pérdida de peso sea lenta.

Decepcionado por los “amigos”

El comediante no puede ocultar que le duele que muchos amigos se fueron de su vida en el momento que más los necesitaba, pero es algo que ha compensado con sus compañeros de trabajo en el Centro de Diagnóstico y Tratamiento Doctor José Oliveras Guerra, en la barriada Sabana Llana de Río Piedras, donde labora en el área de récord médico.

“Amas a la gente para toda la vida y, cuando esas personas se van, tú las extrañas, y las vas a seguir amando. La vida me dio pocos amigos, pero lo que tengo son de calidad. Aunque te creas Superman, hace falta gente en el proceso, pero no voy a pensar que algún día van a regresar, porque no voy a perder mi tiempo valioso”, dijo quien para lidiar con su actual situación recurrió a ayuda psicológica porque para él se trata de un “tropezón, del que se está levantando y todos los días pienso en que estaré mejor”.

Álex Soto estuvo una temporada en el programa Dando candela de Telemundo. Agradeció la oportunidad de volver a los hogares por un tiempo, pero aseguró que podía hacer más aportaciones a la dinámica con Alexandra Fuentes, Saudy Rivera y Papo Brenes, con quienes compartió en ese momento.

“No había fricción ni competencia. Sí pienso que no me consideraron lo suficientemente apto para llevar una noticia seria. Todo lo que me tocaba eran los vacilones”, reaccionó quien está feliz con que Glerysbet Pagán se haya integrado al programa, pues ella fue de las pocas personas que estuvo a su lado en el momento en que tuvo que ser operado.

De amor, muerte y más

En la pieza Vidas de herejes, Álex Soto interpretará a un transformista a quien le darán un reconocimiento por su trayectoria en el monólogo El sabor del lipstick.

“Él llega a prepararse en el camerino y allí comienza una conversación en la que habla desde que era un niño hasta que se convierte en una estrella con anécdotas”, anticipó.

Este montaje, que se presentó en el 2002, 2004 y 2010, consta de cuatro escenas y dos monólogos, en los que se impone una invitación a la aceptación, además de que se abordan temas como el amor, la muerte y el VIH. En el proyecto actúan además Richard Rondón, Anoushka Medina, Edwin Ocasio, Gabriel Leyva, Joe Alis Filippetti y Héctor Méndez.