Este recurso le fue entregado a la artista el viernes pasado, en el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré, en Santurce, horas antes de la tercera función de su espectáculo de “stand up comedy” Soy buena, pero no sirvo para que  frenara cualquier expresión en contra de Valentín, como lo había hecho en sus primeros dos shows.

Aunque esa era la intención de la anfitriona de Juntos en la mañana, lo cierto es que dicha acción podría catalogarse como un intento de censura previa a juzgar por la protección que tiene el derecho a la libre expresión bajo el sistema constitucional  de Puerto Rico y  Estados Unidos, más aún cuando se trata de una expresión artística.

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El profesor Carlos Ramos González, experto en derecho constitucional de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, explicó que la libertad de expresión artística es tan amplia que resulta poco probable que un tribunal favorezca una acción que la limite. 

“Es muy difícil, muy cuesta arriba y conozco de muy pocos casos donde frente a la libertad de expresión artística aun al medio de la televisión, que un tribunal emita una orden para detener una expresión artística. Es poco menos que imposible”, indicó  el académico. 

“El Tribunal Supremo de Puerto Rico y el de Estados Unidos han dicho que toda censura previa se presume inconstitucional. Yo presumo que por eso es que el abogado lo está haciendo por carta, porque el abogado sabe que tratar de conseguir una orden para que se detenga una expresión artística es poco menos que imposible porque eso se presume inconstitucional”, continuó. 

El manejador y portavoz de Lizmarie Quintana, Raymond Gerena, precisó que el documento que se le entregó a la actriz el viernes, por parte del bufete Marcos Rivera, provino de Valentín en su carácter personal y no incluye a WapaTV. Se trató de una carta y no de una orden judicial de cese y desista, detalló.  

Gerena añadió que la artista no está buscando asesoría legal en este caso más allá de la que le brindara el abogado de la compañía productora del show al recibir el documento.  

“Es del interés de Lizmarie y de la producción no darle más color a este asunto”, declaró el manejador.

En la serie de espectáculos que la creadora de personajes como “Maripilly” y “La apóstola” ofreció durante dos fines de semana relató un alegado boicot que le tiene WapaTV y que supuestamente es promovido por Valentín. Al hablar sobre dicha situación, Quintana se refirió a Valentín como  “senda mamabi…”. 

Tras recibir la misiva, la también animadora reiteró en la función que nadie la iba a censurar y que en su show ella diría lo que quisiera. Incluso, se pasó el documento por la entrepierna ante la audiencia.

Ramos González recalcó que manifestaciones como las palabras soeces o grotescas y lo que se conoce en la literatura como hipérbole retórica están ampliamente protegidas por la libertad de expresión en las artes.

No obstante, recordó que las garantías de este derecho no son absolutas y que sus limitaciones varían según el medio por las cuales se emita la expresión o manifestación.    

“No es lo mismo ejercer la libertad de expresión para un periódico, que ejercerlo por la radio, que ejercerlo por la televisión. Como sabes, la televisión y la radio incluso están reglamentados por la FCC (Comisión Federal de Comunicaciones), cosa que es inconcebible que se pueda hacer con un periódico”, sostuvo.

Mientras, subrayó que esta garantía constitucional no deber ir por encima de la integridad o la intimidad de una persona. 

“Una de las limitaciones de la libertad de expresión es que tú no puedes hacer expresiones difamatorias, aquellas que tú sabiendo que son falsas, las haces. Eso te puede traer como una demanda en daños. Por otro lado, tú puedes hacer expresiones, pero tienes que tener mucho cuidado de que al hacerlas no violes la intimidad de la otra persona”, abundó. 

En el caso específico de la libertad de expresión artística, reiteró que “tiene el máximo de protección” y que está permitido “decir las cosas de una manera tan exagerada, aunque suenen grotescas, porque se está protegiendo” esa manifestación.

Respecto a la situación entre Valentín y Quintana, enfatizó que solo prosperaría un caso en los tribunales si después de  terminar los shows pudiera  probarse que hubo difamación o violación a su derecho a la intimidad, pero no antes porque podría entenderse como censura previa.