Aseguran que se quieren como una familia. Y así lo demuestran tanto delante como detrás de las cámaras. 

Durante el reencuentro ayer de parte del elenco del desaparecido programa El gran Bejuco, en Día a día (Telemundo), era evidente que la química que los unió en la década de los noventa y principios de la siguiente, aún sigue presente. 

Dirigidos por los animadores Raymond Arrieta y Dagmar, las anécdotas comenzaron a aflorar sin esfuerzo entre el grupo compuesto por Miguel Morales, Wilfred Morales, Sara Pastor, Manolo Castro y Samantha Jareño. 

A la par, aparecían imágenes del elenco de aquellos años, con las caracterizaciones que los hicieron populares. Mientras se fijaban en las transformaciones físicas que han experimentado con el paso del tiempo, Miguel Morales recordó cuando integraban artistas invitados al show, que comenzó a transmitirse en octubre de 1993 por Wapa TV, y meses después, por Telemundo, los lunes a las 8:00 de la noche.

“Hicimos un programa con Grupomanía, con Banchy (Serrano), que tenía un problema conmigo y él estaba haciendo un personaje que no era de Grupomanía, y tuvo que venir la semana después a decirme ‘mira Miguel, tenemos que hacer un programa que seamos panas porque me están tirando en los shows”, narró el creador e intérprete del personaje que apareció por primera vez en el programa Con lo que cuenta este país (Telemundo).

Sara Pastor, la estricta “Gloria” del espacio de comedia, abordó cuando en la calle recibía “regaños” por maltratar a “Bejuco”. También, cuando a raíz de la muerte de Miguel Ángel Lugo, quien personificaba a “Carlos”, “en esa misma semana estaba comiendo con mi esposo y una señora me dijo a mí ‘¡Nena, te ha durado poco el luto!’ ”, a modo de reclamo.

La sorpresiva aparición de Samantha Jareño, quien daba vida a “Lucía”, la hija de “Gloria”, abonó a la dinámica de festejo del elenco. A los artistas se les había dicho que Jareño los saludaría desde su hogar en Florida, vía Skype. La madre de dos varones repasó el reto que representó la experiencia en vista de no contar con una base en actuación, así como su complacencia por disfrutar del apoyo de sus compañeros en el set. 

En un aparte con Primera Hora, todos manifestaron su alegría por poder coincidir tras el fin del show en septiembre de 2002. Miguel Morales insistió en que “nosotros éramos locos con venir aquí. Nosotros nos reíamos más fuera que haciendo el programa y encima nos pagaban por venir aquí a vacilar”.

Wilfred Morales, quien personificaba al bully “Cholón”, mencionó que “no lo hacíamos por rating, lo hacíamos por amor”. También recordó cuando, “cada vez que venía una muchacha sexy al programa, se enamoraba de ‘Bejuco’”, esto por la conveniencia de que Miguel Morales era el libretista del programa. 

Sara Pastor compartió que “nosotros éramos, somos genuinos, aquella familiaridad, aquellas ganas de hacer cosas, aquella pasión que le poníamos a cada programa era real”. La artista, que actualmente forma parte del elenco de la comedia teatral Men and the City, también repasó cuando como parte de libreto “a mí me echaron pega en el pelo, a mi maltrataban, pero a mí me encantaba, yo me lo pasaba superbién”. 

Manolo Castro, quien le daba vida al buenazo “Humberto”, el hijo de “Gloria”, destacó que “el personaje era básicamente cualquier chamaco sano en ese momento de la vida. Ahora ‘Humberto’ sería un tipo que trabaja en un banco, más o menos. El personaje era bien estudioso, bien serio, el hijo ideal, pero se dejaba llevar por la juntilla (de ‘Bejuco’)”. 

El equipo descartó la posibilidad de un junte artístico para recrear la comedia. Al respecto, Miguel Morales bromeó que “por lo menos yo tendría que tener un año nada más en dieta, para hacer el personaje. Yo pesaba 130 libras en ese entonces, ya hoy eso es un poco imposible”.