Tienen mucho qué decir. 

A partir de mañana la Sala Experimental del Centro de Bellas Artes en Santurce será el escenario donde a través de la comedia Soltera, casada, viuda y divorciada las reflexiones sobre el rol de la mujer en la sociedad, el machismo y los altibajos en asuntos de pareja, serán tema de conversación. 

Dirigidas por Gilberto Valenzuela, Marilyn Pupo hará el papel de la “Casada”, Maribel Quiñones será la “Viuda”, Sonia Valentín, la ”Divorciada”, y Alexandra Malagón, la “Soltera”. 

“Hay cosas que son verdades acerca de la dinámica del matrimonio hombre y mujer, y yo en mi vida personal no las había asimilado”, expresó Pupo, quien mencionó como ejemplo “de que por qué los hombres no se pueden independizar, que siempre dependen de nosotras las mujeres”. La artista especificó, además, que la dinámica de la pieza del dramaturgo argentino Román Sarmentero no se dará a manera de monólogos, sino con la interacción de los personajes en diferentes puntos de encuentro. 

Valentín dará vida a una mujer que se divorcia “porque él no ha sido honesto y de una forma ella se empodera y decide tomar su vida y establecer sus reglas también, de cómo va a tener que ser en adelante las relaciones, que estamos juntos pero cada quien en su casa”. 

Quiñones es la que evoca la melancolía por su marido difunto. “Ella ha escogido cómo bordar ese recuerdo. No es que fuera una mala persona, pero no era el marido que ella hubiera querido. No tenía las atenciones, la vida sexual no era muy divertida, ese tipo de situaciones, pero ella prefiere recordar lo bueno. Si lo miras desde otro ángulo, él no era tan bueno como ella hubiese querido”.

Malagón interpreta a una mujer profesional que por elección prefiere estar sola. “Ha tenido decepciones, sus tristezas, sus parejas que la han decepcionado, que le han fallado, que la han herido”, describió. “Pero es una soltera feliz en el sentido de que ella está empoderada”. La artista también destacó lo que considera una de las mayores lecciones de la obra, producida por Florentino Rodríguez. “En la boca de la mujer casada es que escuchamos un consejo muy válido. Las mujeres tenemos la potestad de cambiar el mundo, como madres, a la próxima generación de hombres, un poder maravilloso de poder educar, de poder sensibilizar al hombre, llevar un poco más de sensibilidad hacia las necesidades y las diferencias que tenemos las mujeres y que dejemos de ponernos ese rol de que tal o cual cosa nos toca”. 

Para Valentín, también lo es la invitación a reflexionar sobre cómo lograr el equilibrio en la relación de pareja en una era que se le enseña a empoderarse. “Se nos ha complicado también porque en esa disyuntiva de que el hombre está sin herramientas y estancado, y que no ha evolucionado mientras nosotras hemos cambiado tanto, pues a veces el trabajo más complicado es cómo mantenerte empoderada, pero en dónde vas a balancear para poder seguir con tu compañero, para poder salvar una relación”. 

Quiñones agrega a este pensamiento que “nosotras tenemos que decidir entre mantenernos empoderadas y actuar como somos, mujeres inteligentes, mujeres preparadas, o someternos para que él no se sienta menos. ¿Pero, por qué hay que hacer eso? ¿Por qué hay que seguir en sometimiento? Es momento de decir ‘esta soy yo, y eso es lo que hay’”. 

Boletos disponibles a través de Ticket Center y en la boletería del CBA.