Salinas. El fuego convirtió en cenizas la casa que con tanto esmero construyó y donde conservó, por más de seis años, recuerdos de su trayectoria musical.

El reconocido compositor fajardeño Roberto Angleró recuerda el incendio que destruyó su propiedad, en el sector Ranchos Guayama de Salinas, el pasado miércoles, 27 de febrero, y agradece a Dios por salvar su vida y la de su esposa, Lilliam.

“Me llamó mi vecino Carlos Lago para decirme que el fuego estaba detrás de mi casa. Yo traté de apagarlo con una pluma que tenía con presión, pero cuando miré y vi, las llamas estaban muy altas y rápidas porque hacía mucho viento. Solté la manguera, agarré a mi esposa, al perro y al gato, y me marché del lugar. Me sentí atemorizado porque cuando iba bajando del cerro, donde está la casa, el fuego iba detrás de nosotros. Le doy gracias a Dios porque estamos vivos; si el fuego hubiese sido de noche, yo no estuviera contándolo”.

El compositor de clásicos del cancionero popular puertorriqueño como Las hojas blancas y Si Dios fuera negro, entre tantas otras melodías, sostuvo que de haber estado asfaltada la carretera que conduce a su hogar, su casa no se hubiese quemado.

“Llevo seis años aquí y he visto muchos fuegos pasar y nunca me tocaron. Sin embargo, este quemó mi casa porque los bomberos no pudieron apagar el fuego. Ellos no tenían buen equipo para subir montañas. Yo le había solicitado al pasado alcalde de Salinas (Carlos Rodríguez Mateo) que me ayudara con este camino y no lo hizo. Si a la carretera se le hubiese puesto concreto, los bomberos hubiesen subido y la casa no se hubiese quemado”, agregó.

Valor incalculable

Angleró no tiene un estimado concreto de la pérdidas de sus propiedades. De lo que sí está convencido es de que el valor sentimental de cada una de las piezas que el fuego le arrebató es incalculable.

“Si te digo que he perdido un millón de dólares, estoy diciendo una mentira. Aquí se me perdieron algunas composiciones, trofeos que me gané en Colombia y Venezuela, las proclamas de los homenajes que me rindió la Cámara de Representantes y el Senado de Puerto Rico, los regalos del grupo Cheístas de Aibonito, una colección de discos de jazz, de discos de 78 revoluciones, y el primer disco original que grabó Elvis Presley, porque yo fui rockero y lo conservaba; además, perdí una trompeta y dos violas”.

Su pedido a las autoridades pertinentes que lo deseen ayudar es, “primero, que me hagan un camino bien hecho en concreto, para prevenir que esto vuelva a ocurrir porque yo no me voy a mudar de aquí, voy a vivir hasta en una caseta. Yo no necesito terreno porque aquí tengo cinco cuerdas, y que me ayuden a reconstruir mi casa nuevamente en madera. También me gustaría volver a recopilar los premios y el material de las composiciones que perdí”.

En estos momentos, Roberto Angleró reside en la casa de playa de su sobrino, el doctor Angleró, en los bajos de Patillas, hasta que le reconstruyan su casa. La alcaldesa de Salinas, Karilyn Bonilla, y el alcalde de Guayama, Eduardo Cintrón, le ofrecieron ayudar en la reconstrucción de la vivienda.

Para cooperar con su causa, lo pueden hacer depositando a la cuenta de cheques Amigos de Roberto Angleró, número 121-54-5385, del Banco Popular.