Canto a la vida.

La libertad que proyecta la gaviota en  vuelo es una constante en la vida de Sandra Zaiter Trifilio, aunque tenga "un ala rota".

La polifacética figura de la televisión agrega ahora a su larga trayectoria el rol de escritora, con la publicación del libro Sandra Zaiter/Gaviota en Vuelo... con un ala rota.

"Para mí volar significa libertad. Es poder separarme hasta del concepto de silla de ruedas. Es poder sentir que tengo la forma de que mi espíritu se eleve de tal manera que soy tan libre y tan libre que casi vuelo, casi me pierdo en el cielo", explica con vehemencia en su visita a este diario,  a invitación de Primera Hora.

Aunque el libro "nunca estuvo en mis planes",  impulsada por amigas que hasta "mantenían una bitácora de todas las cosas que me estaban pasando" y quienes  han estado al lado suyo siempre —antes y después de aquel 13 de septiembre de 1975 en que volvió a nacer por decisión propia— la compositora, que se ganó el cariño de la pequeña grey como animadora de programas infantiles de televisión, decidió recopilar las anécdotas de su vida en una publicación.

Y lo ha hecho con "mucho humor".

"Tomé la decisión de hacerlo en forma de anecdotario para presentar algunos de los momentos que han marcado de forma significativa mi 'rodar' por la vida... Si con este anecdotario logro sacar una sonrisa de quien los lea, sentiré que he logrado mi cometido", expresa la cantautora, quien considera que "las situaciones más difíciles se pueden diluir con un poco de buen humor".

Según relató, "cuando salgo por ahí y me ocurre algo, lo primero que hago es dar sonrisas y, a veces, una risotada. Me han pasado tantas cosas... yo he tumbado góndolas en el supermercado y en una farmacia. La primera que se echaba a reír era yo, pero no me echaba a llorar ni sentía vergüenza. Son cosas de la vida, le sacaba la parte jocosa".

Con una tirada de 6,000 ejemplares, el libro de 317 páginas que  Sandra dice pudo haber titulado Autobiografía sobre ruedas, tiene por portada un retrato realizado por el maestro Antonio Martorell como contribución a este proyecto sin fines de lucro, la mitad de cuyo recaudo será para la organización benéfica Sociedad de Educación y Rehabilitación (SER) de Puerto Rico. La  otra parte cubrirá  los gastos de su publicación.

El libro, al final de lo que podría considerarse un capítulo o una anécdota, contiene unos recuadros, mayormente sobre "mitos y realidades sobre las personas con impedimentos", material suministrado por Nilda Morales, presidenta de SER de Puerto Rico.

 También está salpicado de citas literarias.

"Lo escribí yo misma, directo a la computadora. Me tomó unos ocho meses. Las correcciones y edición con Gizelle Borrero nos tomaron unos cinco a seis meses", precisa Sandra, que el 21 de noviembre próximo alcanza los 66 años de edad.

Sandra colabora con SER, como voluntaria y en sus campañas, desde 1979. "Lo que más me gustó de ellos es el tipo de visión que tienen de las personas con algún tipo de limitación. Allí no hay lástima, no hay pena. Allí tú eres un ser humano con algunas limitaciones que todos los demás también tienen alguna u otra; todos tenemos limitaciones".

En ese punto de la entrevista, Sandra se refiere a su silla de ruedas como una extensión de ella, que no son sus piernas ni torso ni brazos, sino  "un vehículo, un instrumento".

La ilustración del pintor Martorell, en un fondo azul, muestra parte de Sandra sumergida en el mar, en alusión al día del accidente de hace 34 años en que vivió la experiencia de ver separados  su cuerpo y su espíritu y, en el que tomó la decisión de volver a nacer, regresando a su cuerpo con todas las consecuencias porque "todavía me quedaban cosas por hacer".

"Esa experiencia fue algo único. Yo no he vuelto a tener ese desdoblamiento. Ésa fue la única vez en mi vida que vi mi cuerpo flotando fuera... Ese desdoblamiento ocurrió ese día", rememora sobre lo sucedido cuando se rompió la nuca al tirarse al mar  desde una roca  en la Isla de Icacos.

El libro ya está a la venta en Borders, Walgreens y otras librerías principales  del país. Sandra firmará ejemplares en Borders  de Plaza Las Américas el 26 de septiembre, luego en las librerías  de Plaza  Escorial y de Mayagüez el 2 y 3 de octubre, respectivamente.

El prólogo es de su amigo el cantante y compositor Alberto Cortéz, que lo tituló  Callejero, igual que su composición sobre un perrito que anda libre por las calles que tanto gusta a Sandra.

"Cada vez que cante Callejero, no importa en que lugar del mundo, tú estarás siempre presente y en la primera fila de mi corazón", escribió el cantante argentino.

En una extensa dedicatoria y amplios agradecimientos, la autora desborda su sensibilidad.

Por su parte, la editora Gizelle F. Borrero consigna que éste es un anecdotario "conmovedor y apasionante", testimonio de una mujer que ha vivido como quiso: "sin prisa y sin lamentos, sembrando cada momento" y "durante los 34 años que ha volado en su silla de ruedas ha enseñado, con su ejemplo, que toda las personas tienen una extraordinaria capacidad de superación que ni siquiera conocen".

Leticia Rossy Millán tuvo a su cargo la producción general del libro, que contiene numerosas fotos y que fue impreso en Puerto Rico bajo Divinas Letras, Literatura Para Sanar.

¿Cuánto le queda aún por remontar a la gaviota con el ala rota?

¿Qué me falta? No sé, pero estoy satisfecha hasta ahora.

En un momento durante el recorrido por este diario, las lágrimas brotaron de sus ojos cuando miembros del personal se le acercaron para fotografiarse con ella y agradecerle lo mucho que aprendieron con sus programas infantiles cuando eran niños. "Nadie como usted para enseñar las tablas de multiplicar", le dijo una joven madre, expresión que la conmovió hasta el llanto.