Iván Rivera no bien había pisado el estudio fotográfico y el sudor comenzó a humedecerle el rostro. Y no de calor.

El acondicionador de aire funcionaba a la perfección, pero su desconocimiento sobre lo que ocurriría una vez pisara el ciclorama lo tenía nervioso.

El ayudante especial del jefe de Bomberos llegó al estudio de GFR Media motivado por su esposa, la periodista Saudy Rivera.

Dijo que la única instrucción que recibió de ella fue que llevara su uniforme de trabajo. De lo demás, se enteró en el set.

Iniciada la acción, la panelista de Dando candela (Telemundo) empezó a soltar su chispa frente a su marido, sin mucha provocación. Lo miraba, lo tocaba, se le plantaba al frente sosteniendo sus tirantes...

Fue una de las pocas veces que él la cargó en sus brazos, cual escena de rescate.

Iván, mientras, sudaba.

“Yo soy más tímido que ella”, admitió minutos después en entrevista.

Pero, como en el amor se trata de entrar en calor, él llegó a ese punto en la segunda etapa de la sesión fotográfica.

Más liviano de uniforme, este servidor público comenzó a corresponderle a su compañera con la misma coquetería y complicidad.

Lo triste fue que, una vez se apagó la cámara, cada uno se dirigía a su trabajo, dejando la escena encendida.