Tras casi 40 años formando actores y actrices a fuerza de pura pasión, el Programa de Teatro del Residencial Nemesio Canales debutará en el Festival de Teatro del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) con la pieza El peso de la cruz.

Ninguno de los 50 talentos inscritos en este programa comunitario tiene una formación académica en las artes. A todos lo que les sobra es el deseo de exhibir las habilidades que, en algún momento, los tomó por sorpresa.

“A nosotros nos gustaba hacer esto y queríamos hacerlo por aquello de llevar un mensaje motivacional”, expresó el director Pascual Febus, quien ha logrado levantar una cultura de teatro completa en la comunidad, que va desde educar sobre el comportamiento que debe regir en las salas hasta la presentación de textos clásicos.

El peso de la cruz , escrita por el ex residente del residencial Cruz Rivera Álvarez, estrenó hace un tiempo con la actriz Griselle Ortiz Díaz, que en esta ocasión repite en el rol protagónico como “Angélica Sepúlveda”, una mujer que enfrentará su propia fe cristiana al perder a su padre. Será a través de este personaje que el público que se de cita en la función de este domingo, en el Teatro Francisco Arriví, en Santurce, podrá ver la transformación espiritual de esta esposa y madre.

“Me drena, por lo fuerte que es ella”, comentó la intérprete, que a través de su crecimiento y madurez en las tablas -influenciada por Ofelia Dacosta, Gladys Rodríguez y Alba Nydia Díaz- ha procurado inspirar a la juventud. “Me entrego por completo para dejar esa huella, esa semilla en aquellos jóvenes que se entusiasman y quizás está naciendo en ellos ese interés del teatro, y puedan tener una base”.

Entre el elenco de nuevo actores resalta además el joven Jamdiel Esperón López, de 16 años, cuya presencia en el escenario es natural, fluida, convincente. Él es “Gustavo”, hijo del personaje central, y quien tiene a su haber guiar a su madre hacia un camino de bien.

Esperón López igualmente participó de la obra siendo un niño de nueve años. Desde esa temprana edad se está probando en las lides de la actuación, un arte que le ha ayudado, entre otras cosas, a mejorar su comunicación verbal.

“Desde chamaquito, desde nene, jugaba muchas cosas, me atreví a meterme a lo que es el teatro, y nació de mí y se fue desarrollando con el tiempo y los años mi talento”, expuso el aspirante a intérprete de música urbana.

“El teatro ayuda mucho a hablar, articular, desarrollar un tema, improvisar, porque cuando en el teatro te ves en ciertas situaciones, hay que improvisar”, agregó el actor innato.

La integración de esta pieza en el Festival de Teatro del ICP es parte de la gestión de reorganización de los Programas Comunales y Residentes de la Administración de Vivienda Pública con el objetivo de maximizar los proyectos de cada comunidad y potenciar los talentos que los representan.

“En el pasado teníamos muchos esfuerzos aislados, que no son conducentes a nada, y vemos que en las comunidades hay mucho talento, y el ejemplo d e eso es esta obra”, destacó Joel Ayala, administrador auxiliar de Programas Comunales y Residentes de Vivienda Pública. “Esta administración lo que busca es realinear esas inversiones que tengan sentido, que promuevan la movilidad de los residentes y que en el futuro podamos tener una contabilidad”, sostuvo.