El reguetonero Xavi “the Destroyer”, conocido también como “the Little Bad Boy”,  en nada refleja  sus seudónimos artísticos. Pues, la realidad es que es un joven centrado, sano y tranquilo, que  se graduó con honores de cuarto año cuando tenía 14 años. 

Pese a que su padre y manejador, Rufino Soto,  en un pasado tuvo problemas con la ley al ser convicto federal, lo que representó una etapa difícil  para él y su familia, y enfrentó  también el divorcio de sus progenitores,  el  artista escogió el camino  del bien ante  todas las circunstancias  negativas que percibía a su alrededor.

Y ese fue, precisamente, el relato que compartió el exponente urbano con  30 jóvenes del hogar Wake Up Family House, dirigido por Emill Morales,  en Bayamón. Estos chicos, cuyas edades fluctúan entre los 13 y 17 años,   están en plena rehabilitación no por consumo de  sustancias controladas,  sino por algún acto delictivo como  robo y posesión de armas.

Xavi le aconsejó  a los jóvenes la importancia de escoger el camino positivo y no el negativo que siempre resulta ser el más fácil. Y que,  a pesar de la situación de su papá,  se enfocó en no cometer los mismos errores, y en estudiar. 

“Mi papá estuvo preso a nivel federal  y  me crié en un caserío  donde  vi muchas cosas  negativas en Mayagüez. Vi muchas cosas que estaban pasando en la calle, vi de todo un poco. Qué les quiero decir con esto, que siempre hay una segunda oportunidad. Está el camino del bien y está el camino del mal. Yo decidí escoger el del bien, porque  en el mal lo que hay es fracaso”, relató.

También les dijo que  “por escoger el bien,  mira dónde estoy ahora mismito.  Le pedí a Dios una oportunidad de ser artista y me dio la oportunidad. ¿Qué le quiero decir con esto?, que si ustedes se lo proponen en la vida, las cosas se  pueden lograr. Todo con Cristo que me fortalece”.

Rufino Soto también se dirigió  a los jóvenes con palabras positivas y de motivación, según su experiencia del pasado. Y les recalcó que él es un hombre nuevo que dejó atrás los actos  negativos.

Experiencia edificante

El exponente urbano,  quien tiene 15 años de edad, y aspira estudiar leyes, describe esta primera experiencia compartiendo con  jóvenes de un  hogar, como una  edificante.

“Me siento bien de  explicarles  a estos jóvenes  que uno es humano, comete errores,   tiene sus altas y bajas, y problemas, pero tienen que saber que en esta vida tienen una segunda oportunidad y  tienen que saber aprovecharla. Por eso, le doy gracias a Dios por la oportunidad en la música. Por eso, les recalqué que si ellos tienen un sueño, tienen que  que seguir detrás de ese sueño  porque Dios es grande y le va  a dar la oportunidad”, sostiene.

Xavi “the Destroyer”, quien jugó ping pong y billar con los  participantes del  hogar, aprovechó la ocasión para preguntarle de manera más íntima la razón por la que estaban allí. Y muchos lo sorprendieron con sus confesiones.

“Para mí fue sorprendente porque no aparentan que  cometieron esas cosas... Pero, por eso les dije que en este mundo uno tiene sus altas  y bajas,  no es caerse sino  levantarse. Que sigan para a’lante y que Dios los ampare”.