De hecho, durante una sesión de fotos para Primera Hora a la orilla de la playa, la también conductora del programa radial Jesse y Bebé en SalSoul, coqueteaba con el lente fotográfico mientras realizaba numerosas poses luciendo un traje de baño halter azul.

Sin embargo, al iniciar la entrevista, Bebé Maldonado dejó claro que muchos se equivocan en cuanto a este aspecto sensual de su personalidad. “La gente muchas veces se tiende a confundir. Pasa conmigo, se confunden con un traje de baño”, relata pensativa.

“Se confunden con ese concepto que tienen de cuando una mujer se pone un traje de baño, la tildan de muchas cosas, en ocasiones, de bruta, de ignorante”, manifiesta con firmeza. “Para mí una persona bruta es una persona que no sabe leer ni escribir, y yo gracias a Dios, aprendí”.

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La sexy modelo aclara que “yo me he desligado muchísimo de ese prejuicio de la gente, de que ‘ella lo que quiere es enseñar el fondillo y nada más’. La gente está bien equivocada”.

Entonces, comienza a hacer un repaso de sus orígenes y de cuánto ha luchado en la vida para lograr sus aspiraciones. “Vengo de una casita de zinc. Muchos no lo creen, pero la realidad del caso es que es así. Vengo de unos padres luchadores”, aclara. “A veces, cuando la gente ve las figuras públicas, se les olvida que detrás de esa figura pública hay unos hijos, unos padres, una familia, y esa parte yo la cuido muchísimo”, asegura enfática.

“Yo vengo de mucho sacrificio”, menciona, y evoca cuando en su infancia “tenía un cuarto que solamente tenía una ventana de 2 pies de largo y uno de ancho”. Entre los recuerdos, comparte que “a veces, aunque no lo crean, la comida era un sandwichito y un vaso de agua”.

Incluso, a su mente vienen los recuerdos de cuando su familia se quedó sin casa tras el paso del huracán Hugo en 1989. “Supe ver a mi papá agarrar una puerta para que el viento no entrara”.

Sin embargo, como parte de los buenos recuerdos, señala sonriente que “se nos podía caer la casa, pero éramos felices porque somos una familia bien unida”.     

Bebé Maldonado también revela que “yo corté varilla, yo ligué cemento, yo hice balaustres. ¡Qué yo no hice! Yo soldé”. Según señala, ha sido esta crianza la que ha contribuido a mostrarse firme en no juzgar ni prestarse para dinámicas que impliquen mofas. “A veces veo cómo la gente patea a una persona caída, y yo misma me molesto aun cuando no es conmigo, porque mucha gente tiende a criticar con faltas de respeto, con humillaciones, pero para mí la regla número uno es que el respeto es la base de todo”.

El tiempo para su hija no es negociable

Al hablar de aspiraciones futuras, uno de los aspectos que la modelo especifica es que cualquier proyecto que implique apartarse de su hija por un largo tiempo o afectar la dinámica de la relación entre ambas, no es aceptable. “Mi hija siempre es y será mi prioridad”, puntualiza. Y de vez, repasa sus días de infancia. “Tengo situaciones con mi hija que las he tenido desde el día uno que nació. Mi nena tiene una pierna más corta que otra, y mi nena ha pasado muchas operaciones”, comparte. “Mi hija nació con cuatro dedos en cada pie, por eso el tatuaje que llevo en mi espalda, que es una huella con cuatro deditos”.

Uno de los aspectos en los que se muestra comprometida, es en fomentar el amor propio en su hija. “Desde que la tuve ella siempre estuvo descalza hasta el día que caminó. Esa fue mi promesa. En todas mis fotos (de cuando era bebé) mi hija nunca tiene zapatos, hasta el año que ella caminó”. Gracias a esto, “mi niña nunca ha tenido un episodio de preguntas, ni de dudas, ni de complejos, ni de sentirse diferente”. De hecho, “lo primero que ella te enseña cuando te conoce, son sus pies”.

Incluso, “en la escuela yo organizaba pijamas parties para que todo el mundo fuera en chancletas metedeo. Por eso me molesta que la gente se burle. Tú no puedes criticar”. Bebé Maldonado insiste en que “mi crianza, mi educación, los valores que me enseñaron no me lo permiten”.