Este día Alba Reyes hubiera pasado el día riendo con las ocurrencias de su madre, a besos y abrazos con ella y escondiendo su bizcocho de cumpleaños para que no se aguara su sorpresa.

Pero el asesinato de la enfermera, Elena Santos el pasado 3 de junio en su hogar quien hoy cumpliría 60 años, acabó con todas las ilusiones de su hija, quien esta mañana se presentó a la Casa de las Leyes a reclamar justicia para su madre y para las víctimas de crímenes violentos.

“Me levantaba y le daba un beso, le deseaba un ‘feliz cumpleaños, mamita’ y muchas bendiciones. También salud y vida, pero lamentablemente lo que no tiene es vida… Siempre le comprábamos un bizcochito a escondidas porque ella no quería que le cantáramos cumpleaños, y alguien se encargaba de entretenerla en lo que otro iba a prenderle las velitas… Desde ayer el saber que hoy era su cumpleaños y no está aquí y las razones por las que no está es sumamente difícil de aceptar, no sé si podré. Me toca entender que no está más conmigo  aceptar las circunstancias, pero resignarme son dos cosas distintas”, recordó la exreina de belleza con los ojos inundados de lágrimas pero firme en el propósito de hacerse escuchar.

Durante la manifestación Alba estuvo acompañada de su tía Alba Nydia Santos, su prima María Cotto y su mejor amigo Víctor Ortiz. No asistió mucha gente pero la suficiente para entender su dolor y frustración con el sistema de justicia de Puerto Rico, pues todos habían perdido a un familiar querido.

Alba señaló que cree en la justicia divina pero necesita ver los resultados en la terrenal.

“Me parece que esperar por justicia divina es un modo de resignación y ese es el problema, que nos hemos resignado, y como no tenemos un sistema que nos provea justicia legal, pues vamos a conformarnos por lo menos con la justicia divina. El problema con esa mentalidad, y la entiendo y la comparto y creo existe, es que si no hay justicia legal estos criminales siguen en la calle cometiendo crímenes, matando a más gente mientras nosotros nos quedamos esperando por justicia divina y hay que trabajar para sacar a esta gente de la calle”.

Alba le respondió además  al superintendente de la Policía, José Caldero López, quien dijo que eran lamentables las palabras que ella expresó sobre el cuerpo que él dirige.

“Lamentable es que las víctimas de crímenes en Puerto Rico estemos victimizados también por el sistema, que nos falló tantas veces que fuimos a buscar ayuda. Que el Sistema nos falló nuevamente cuando luego del asesinato de nuestra madre salimos del hospital y no había ni un solo policía ni ahí ni frente a la casa, que si alguien que acababa de atentar contra toda la familia hubiera querido volver a intentarlo lo hubiese hecho con facilidad. Es lamentable que me tuve que ir de Puerto Rico con mi papá sin tener a dónde meterme para poder asegurar mi vida porque el gobierno no puede proveerme eso. Es lamentable que él se niegue a aceptar lo que todo el mundo sabe, el gobierno, los federales y que comentan entre ellos mismos, que la corrupción en la Policía es un problema gigante y es parte de la razón del por qué los crímenes no se esclarecen. Los criminales no son aceptados porque la Policía les brinda protección y ayuda. Eso es lamentable y si le molesta que haga su trabajo que es darnos a nosotros protección y limpiar casa para que la Policía pueda hacer su trabajo como hacerlo y exigirle al gobierno que le de las herramientas necesarias para poder cumplir con su trabajo y prevenir el crimen”.

Durante las dos horas que la abogada estuvo en su protesta frente al Capitolio no se le acercó ninguno de los políticos a conversar con ella.