No hay libreto en las dinámicas que comparten Alexandra Fuentes y David Bernier en las redes sociales. Ella provoca la situación y él la sigue, o viceversa. Fuera de eso, esos momentos que comparten para el disfrute de sus seguidores son el reflejo de una etapa de estabilidad absoluta y de un enamoramiento que parece ir en aumento a sus 16 años de matrimonio.

La madurez de ambos, la solidez de sus respectivas carreras profesionales y el desarrollo saludable de sus hijos Adrián y Miranda, de 15 y 13 años, respectivamente, les han permitido afianzarse aún más como pareja y separar más tiempo para los ratos familiares.

“Es una etapa de plenitud, de una felicidad ya acercándose a lo que uno siempre imaginó. Cada uno con su profesión adelantada. Nuestros hijos, a Dios gracias, saludables, y adelantando en su proceso educativo”, compartió Bernier con la formalidad que lo define. “Con una tranquilidad relativa, porque hemos tenido momentos muy intensos, que fueron buenos también, pero se acompañaban de una intensidad que dificultaba un poco la vida en pareja en términos de tiempo. Ahora tenemos un poco de más tiempo para planificar, para compartir, y creo que es felicidad plena”, subrayó.

Eso no quita que siempre se aspire a más, como dijo, provocando de inmediato la inquietud de su esposa: “Papi, ¿qué más tú quieres? Pa’ yo hacerlo, dime qué tú quieres”, vaciló.

Yo le pido a Dios salud para mis hijos, para mi esposo, para mí, para poder seguir juntos, para poder echar a nuestros muchachos hacia adelante, para verlos realizados, verlos como profesionales, y le digo, ‘Dios mío, permíteme vivir con David esa etapa de viejitos, de ayudarlo, de que él me ayude’. Uno ve estas parejas con canas, que llevan años y me veo en eso”

-Alexandra Fuentes, presentadora y productora

Los tiempos de gran intensidad fueron aquellos que bordearon el inicio de su relación, cuando ella comenzaba a pisar fuerte en la televisión hace cerca de dos décadas, y él hacía lo propio como funcionario público. Luego se acrecentaron con la aspiración de Bernier a la gobernación de Puerto Rico por el Partido Popular Democrático. De eso han pasado ocho años y es un proceso que observan sin resentimientos, más bien con agradecimiento y aprendizaje.

La pareja deja aflorar constantemente el amor que sienten entre sí.
La pareja deja aflorar constantemente el amor que sienten entre sí. (Josian Bruno/GFR MEDIA)

“Es muy extraño, porque aunque ha pasado el tiempo, no dejo de tener el mismo sentimiento y la misma vocación hacia el servicio, las mismas inquietudes, no se han ido, se trasladan de lugar. Ahora utilizo mi espacio en mi profesión para tratar de aportar a mi país”, expuso el dentista, para seguido añadir que también aporta a su patria a través de una crianza a sus hijos cimentada en los buenos valores. “Lo más importante es que me siento satisfecho de que hice lo mejor que pude en el tiempo que la vida me lo permitió y eso me permite no reprocharme, porque lo hice. Trabajé, me hice disponible cuando era bien difícil y cuando muchos decían, ‘No lo hagas’, pues yo lo hice, porque entendía que me tocaba. Y eso me da la tranquilidad de no tener reproches. Hice todo lo que pude cuando me tocó y desde esa óptica, pues ahora mirar al país con iguales inquietudes. La vocación sigue estando ahí, pero tratando de aportar desde otro sector, ahora en el área privada”, sostuvo Bernier, quien sigue relacionándose con personas del Gobierno y dándoles su opinión.

Realmente nuestros hijos son la brújula de todo lo que hacemos. Nos levantamos y nos acostamos pensando en ellos. Mi combustible para levantarme todos los días, meter mano en la oficina, son ellos, así que mientras ellos estén bien, con lo demás nos las arreglamos”

-David Bernier, dentista

A la anfitriona del programa “Alexandra a las 12″ (Telemundo) aún le estremece un poco cuando las personas se les acercan con comentarios tales como, “qué bueno que no estuviste ahí” o “qué bueno que no ganaste”, porque sabe que, en aquel momento, era el deseo genuino de su esposo.

“David y yo somos muy parecidos en muchas cosas, en otras diferentes, sin embargo me he ido ajustando a la manera de él ver la vida porque le resulta para su día a día, para lidiar con situaciones, y al día de hoy, ocho años después, siempre hay alguien que le dice a David, ‘ahora que uno mira para atrás, qué bueno que no estuviste ahí’, ‘que bueno que no ganaste’, y conociendo a mi esposo, sé que aunque lo hacen del corazón, es ese cantacito, porque David no miraba el momento si era difícil, si era complicado o lo que fuese. David, desde que tiene uso de razón, tiene inquietudes por el país y tiene ese deseo de servir y ayudar. Y aunque sé que la gente se nos acerca con buenas intenciones, el corazón de mi esposo hubiese querido otra cosa”, manifestó Fuentes.

Volver al terreno político no está en el futuro de esta familia.

“No me obsesiono con eso. Son etapas en la vida, uno continúa viendo y sintiéndose muy contento con las aportaciones que se hacen en otro lado, esa no es la única forma de servir”, advirtió el exsecretario del Departamento de Recreación y Deportes. “No te miento que a lo mejor crecí pensando que era la única o la más importante, y tiene una importancia enorme, por eso el respeto que le doy a todo el que se hace disponible. Yo estuve ahí, pero no vivo pensando en eso, (sino) simplemente en agradecer a la vida, que me dio la oportunidad de servir. Hice lo mejor que pude y ahora tengo muchos sueños, muchas ilusiones; estoy echando pa’ lante una profesión. Estoy con mi esposa haciendo muchas otras cosas que disfrutamos muchísimo. Estoy criando a mis hijos y eso me ocupa la totalidad de mis emociones y de mis planes futuros”, puntualizó.

Se gozan la producción sin mayores expectativas

Fuentes emprendió hace unos años como productora de espectáculos y, como en todo lo que hacen, su esposo la respaldó convirtiéndose en un equipo bajo la firma Alexandra, LLC. Una de sus próximas producciones será el histórico concierto “Los 100 años de Willie Rosario” el 27 de este mes en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot, con las participaciones de los cantantes Gilberto Santa Rosa y Tony Vega. No faltará, por supuesto, el acompañamiento de “Mr. Afinque”.

Paralelo a sus carreras de presentadora de TV y dentista, manejan la empresa de producción de eventos en la que han encontrado el espacio para trabajar como pareja.
Paralelo a sus carreras de presentadora de TV y dentista, manejan la empresa de producción de eventos en la que han encontrado el espacio para trabajar como pareja. (Josian Bruno/GFR MEDIA)

Ha sido una experiencia profesional que se la están gozando, pues procuran presentar proyectos que ellos se disfrutarían como público. Pero también les está trayendo momentos de encuentros de opiniones.

“Es el único momento en que creo voy a poder tomar decisiones a nivel de la empresa, porque hace un tiempo quería darle una sorpresa a David y le dije, ‘mira papa, cuando me vaya a retirar de la televisión me voy a ir a trabajar contigo a la oficina’, y me dijo, ‘no, no es necesario’ ”, recordó riendo, a lo que él reiteró con el mismo buen humor: “No es para tanto”.

“Así que mi única oportunidad de trabajar junto a David parece que va a ser a través de las producciones, aunque con el programa me da sugerencias. David es una persona muy creativa y lo sigo porque siempre nos han funcionado las diferentes ideas que me propone, pero, sí, ahora como productores requiere una toma de decisiones más complicada sobre asuntos del entretenimiento, sobre qué va a funcionar, a qué entendemos que debemos darle un espacio. Tenemos nuestros debates y muchas veces nos inclinamos pa’ cá, otras veces pa’llá, hasta que llega el balance”, agregó Fuentes mientras sus hijos perrunos, Morena y Ofelio, los acompañaban en silencio.

“Los dos disfrutamos vernos progresar en las cosas que nos apasionan y nos ayudamos el uno al otro y siempre lo hemos hecho con mucha naturalidad. Siempre estoy pendiente a sus producciones en la televisión. Cuando le va bien lo disfruto, cuando le va mal lo sufro y le doy mi consejo siempre de buena fe, y ella de igual forma. Cuando podemos hacer algo juntos, extraordinario, porque lo disfrutamos un montón, pero tampoco lo vemos como algo forzado. Si se puede, se puede. Hacemos cosas que nos gustan, que las disfrutemos, creo que esa es la fórmula, porque al final uno tiene una pareja para pasarla bien y para ser feliz, y Alex y yo, gracias a Dios, somos felices y la pasamos superbién cuando decidimos hacer algo juntos”, abundó Bernier.

A los hijos, ahora en su etapa de adolescentes, los describen estudiosos, cariñosos, agradecidos, pero ya no gustan de exponerse en las redes sociales como cuando eran niños. Miranda ha borrado muchos de sus simpáticos videos, y de igual forma, Adrián prefiere que nadie vea los que hizo en su momento.

Fuera del trabajo, la pareja disfruta de las actividades de voleibol de Miranda, ir a la playa, recibir amistades en la casa y de las carreras de Fuentes, aunque ella tiene una petición especial en torno a eso: “A quienes vean a David en alguna carrera mía, lléveselo para algún punto que me diga, ‘Ale, métele’. Nunca lo veo, o sea, lo veo, pero cuando lo veo está hablando con alguien de gobierno, de política, siempre está hablando con alguien. Hice el maratón de Chicago y se suponía que en la milla tres me (gritara), ‘Ale, mete mano’, porque cuando ves a tu familiar, a tu esposo que te dice eso es como si te metieran un petardo y uno arranca por ahí pa’ bajo. En la milla tres no lo vi, pero quedaba la milla 13, y ¿qué pasó en la 13?”, le preguntó al marido, a lo que él ni corto ni perezoso, respondió: “Bueno, que pasaste y no me viste”.

Alexandra tiene varios maratones internacionales por completar y espera escuchar alguna vez el “¡vamos Ale!”, por parte de su esposo. Él, por su lado, espera cumplir con las próximas resoluciones de Año Nuevo (ya han pasado dos y no ha ocurrido), de unirse a correr con su esposa. Mientras eso llega, el enchule entre ellos se refleja en sus gestos, miradas, palabras, pero sobre todo en sus acciones como pareja.

“David está más lindo ahora”, concluyó Fuentes para no dejar de provocar la risa de su compañero de vida.