Entre brincos, movidas “traicioneras” y empujones, reían en complicidad.

Andrea Mya González, la hija de la modelo Bebé Maldonado, dirigía la acción con la agilidad natural de sus 13 años, mientras su mamá se las ingeniaba para salir airosa de sus movidas.

La dinámica de bromas tanto en la pista de brincos, como en la piscina de foam, como en el área de la batalla de cubos –varias de las diversas atracciones en Altitude Trampoline Park, en Gurabo-, se repitió una y otra vez. Hasta que el cansancio las venció por un momento, obligándolas a tomarse unos minutos para recargar energías.

“¡Estoy apestosa!”, bromeaba Andrea, secundada por la también animadora del espacio radial “Jesse y Bebé en Salsoul".

“¡La tumbé para la zona de foam, y le di!”, celebraba entre risas la menor, vestida igual que su madre, y mostrando que no le tuvo “piedad” a pesar de los lazos que las unen. “Disfruté demasiado, y más con ella”, expresó orgullosa.

Los abrazos no faltan. “Ella es mi mejor amiga”, aseguró Andrea. “Yo la amo, la adoro, o sea, es un amor bien diferente, como que especial”.

Pero más allá de los mimos, esto no resta que reciba la disciplina necesaria cuando sea necesario, y hace referencia a la personalidad estricta de la modelo. “Se levanta a las 5:00 de la mañana, ‘¡Andrea, despiértate, buenos días!’ Y cuando dice buenos días…, ya yo (me siento) ¡aaaahhh!!!”, confiesa entre risas. “Que si hay que mantener el cuarto limpio, si no, no hay party”.

Admira que aunque Bebé “se dedica mucho” a su trabajo, “su tiempo libre ella lo disfruta conmigo”.  También, se involucra en su actividades, como el fashion show que su mamá la ayudó a coordinar para hoy para recaudar dinero para la clase graduanda de su escuela, aun cuando ella no pertenece a ese grupo.

Es su prioridad

Dentro de su patrón de crianza, Maldonado asegura que siempre procura ser complaciente con su hija.

“Me crié bien diferente a ella. Nací en una casita de zinc. Eran las cosas bien limitadas. No faltaba el amor, ni el respeto, ni la humildad, ni la confianza. Pero yo me he encargado de darle todo. Lo que yo no tuve, ella lo tiene. Me disfruto sus pijama parties en casa, me disfruto sus cumpleaños. Me disfruto todo lo que ella hace”, expresó la animadora radial, quien tuvo a la menor a sus 19 años.

“Mi hija no fue un oops”, menciona. “A mis 18, el papá de Andrea y yo tomamos esa decisión. Quería parir tempranito”. Con su llegada al mundo, la vida de la modelo cambió, según confesó. “Andrea me hizo madurar más de la cuenta. Tomé la responsabilidad desde el día primero del embarazo. Las cosas ya no eran para mí, sino para ella”.

Con su nacimiento, además de las responsabilidades típicas de la crianza, la pequeña requirió atenciones relacionadas con “una discrepancia que le encontraron de una pierna con la otra. Andrea está en un ortopeda desde que nació”, dijo. Y recuerda su preocupación inicial ante el cuadro clínico. “Yo nunca he bebido, nunca he fumado”, expresó, además de aclarar que en esos primeros años siempre contó con el apoyo del papá de la menor, quien hoy día vive en Estados Unidos, “y es excelente papá”. 

“Ella ha pasado por muchas operaciones”. Pero la sexy modelo siempre ha mantenido firme el compromiso por inculcar en su hija el amor propio más allá de cualquier contrariedad de salud. “Andrea es una nena que no tiene complejos de nada. Es bien segura de sí misma, y eso es así porque me ha tocado explicarle las cosas al ras”.

Al repasar su rol como madre, considera que “la comunicación es la base de todo. Andrea sabe que le hablo temas de adultos, de temas de su edad, y temas de todo. Hay que prepararla para una nueva generación que viene más fuerte”. 

Está “enchulá” 

Hace siete años que la modelo vive una relación sentimental con su compañero Juan, de quien prefiere reservarse su apellido. “Él es más tímido, él es calladito, por eso le huye a los medios”, aseguró.  

Ambos se conocieron en 2007 durante la Parada Puertorriqueña de Nueva York. “Fue atracción a primera vista, pero en cuestión de personalidad”, dijo. “Yo lo vi en su baile, él me vio en el mío, nos pusimos a bailar, y se dio bien chévere”. Desde entonces, son inseparables. 

 “Ha sido bien bonito porque nosotros somos como panas. Creo que eso ha sido el secreto de nuestra relación”, analizó. “Él me ha dado una paz emocional que no la había encontrado, y él me la enseñó. Creo que he podido construir con él muchas cosas que con otras relaciones anteriores no había podido”. 

Según reflexiona, “él me ha enseñado muchísimo, a calmarme, a pasar la página, a no darle importancia a lo que no lo tiene”.  

La curvilínea modelo también resaltó que Juan no es celoso. “Él es una persona bien auténtica. A veces ando con él en el mall y él tira tres o cuatro fotos (de ella con los admiradores), y a él no le molesta”, comparte entre risas. 

¿Qué si hay planes de boda? “¡Los hay!”, asegura risueña, “pero primero vamos al compromiso, ¡que esta mano sigue vacía!”.