En horas tempranas de la tarde del pasado martes, 22 de septiembre ocurrió un triste suceso que tiene consternado a un gran sector de la comunidad puertorriqueña. Pepito, el simpático chiquillo de las tirillas cómicas del mismo nombre, que publica el periódico Primera Hora, sufrió un grave accidente cuando fue impactado por un conductor que conducía, mientras usaba su teléfono celular.

El incidente no solo fue  presenciado por numerosos vecinos de la localidad donde Pepito se encontraba al momento de los hechos, sino que fue grabado por las cámaras de seguridad de varios negocios aledaños. Según se desprende de la pesquisa que se inició a los pocos momentos de ocurrir el incidente, Pepito cruzaba una calle de su vecindad con la intención de llegar a un buzón de correos en la acera de en frente de modo que pudiera enviar una carta dirigida a la Oficina de Participación Ciudadana, irónicamente, pidiendo la creación de una ley que nos garantice a todos los ciudadanos de Puerto Rico mayor seguridad en las carreteras.

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Según testigos oculares, los padres de Pepito se encontraban presentes al momento de los hechos, habiéndose asegurado de que, antes de cruzar, el niño hubiera mirado para ambos lados –aunque hay que hacer la salvedad de que se trataba de una calle de una sola dirección–, antes de darle el visto bueno para que cruzara. 

Debido a que sus padres le han prohibido correr por las vías públicas, Pepito cruzaba la mencionada vía a paso normal cuando, de repente, un auto dobló la esquina y circulando a una velocidad mayor de la recomendada por los rótulos, atropelló al niño con tal impacto que sus zapatos se le desprendieron de los piececitos y uno de ellos quedó como a 10 pies de distancia del niño. Horrorizados, los padres de Pepito se abalanzaron sobre su hijo al tiempo que, según trascendió, uno de los vecinos llamaba al 911.

La ambulancia y la Policía no tardaron en llegar, y de inmediato tomaron cartas en el asunto. Mientras los paramédicos proveían los primeros auxilios a Pepito, un testigo daba informes a la  Policía de que el conductor o la conductora del vehículo –este punto aún no está muy claro todavía–, quien se quedó en el lugar de los hechos, estaba texteando por el celular al momento de ocurrir el desafortunado accidente. 

A cierta distancia del cuerpo de Pepito, se encontró la carta que tan diligentemente el niño anhelaba enviar a la Oficina de Participación Ciudadana… y que nunca llegó a su destino.

Por otro lado, no obstante la presteza con que se le prodigaron los primeros auxilios a Pepito, la prognosis del niño no es muy alentadora y al tiempo de escribir esta nota el niño se encontraba en una unidad de cuidado intensivo.

Manténgase pendiente a primerahora.com para la actualización de esta noticia.