Bette Midler regresa al principio de su carrera con una edición de lujo de "The Divine Miss M", su álbum debut de 1972 que incluía los éxitos "Do You Want To Dance", "Chapel Of Love", "Friends" y "Boogie Woogie Bugle Boy".

"Esas son las canciones que me lanzaron, realmente. Ellas fueron la base sobre la cual construí mi carrera", dijo Midler. "Siempre estoy feliz de cantarlas porque son mis amigas, mis viejas amigas".

Midler se hizo un nombre a principios de los 70 dando conciertos de gran energía con Barry Manilow como pianista. Con su ropa vintage y su personalidad efervescente, le dio nueva vida a viejas canciones e hizo vibrar las baladas.

"Ella fue, y es, la intérprete más brillante que he visto en mi vida", dijo Manilow. "En cuanto a la música, su gusto por las canciones y sus decisiones eran tan raras. Lo que sonaba en la radio por aquellos días no era nada como lo que ella quería hacer. Su gusto era muy parecido al mío".

Midler y Manilow ensamblaron una hora de música y una noche convencieron al fundador de Atlantic Records Ahmet Ertegun a que fuera a un club nocturno de moda en el centro de la ciudad para que la escuchara. "El público se volvió tan loco que al final del show la sacaron cargada en los hombros", recordó Manilow.

Midler pronto firmó con Atlantic y lanzó "The Divine Miss M", basado en esa actuación. Ganó el Grammy al mejor artista nuevo en 1973 y luego recibió otros dos, además de cuatro Globos de Oro, y tres premios Emmy. Esta primavera regresa a Broadway en una reposición del musical "Hello, Dolly!".

La cantante admitió que la conmocionó un poco revisitar el álbum que hizo todo posible 44 años después: "Es simplemente increíble cómo se pasa el tiempo. Y yo me sigo viendo fabulosa. ¿Puedo decir eso?".

Midler puso manos a la obra para el relanzamiento bajo Rhino Records y seleccionó los sencillos que irían en el disco adicional, los temas eliminados y demos. Hay cinco grabaciones nunca antes publicadas, incluyendo "Mr. Freedom And I" y una versión alternativa de "Superstar".

Recordó que grabar el álbum fue estresante porque los coproductores Joel Dorn y Manilow no se llevaban bien. Dorn, quien había producido a Roberta Flack, descartó los arreglos que había hecho Manilow y comenzó de cero. Cuando terminó, Midler visitó a Manilow para mostrarle el resultado.

"En efecto, sonaba como Roberta Flack. Sonaba precioso y profesional y aburrido", dijo Manilow. "Ella jamás era aburrida. Esa es la última palabra que uno usaría para describir a Bette Midler, en especial en aquella época".

Manilow prometió no permitir que ese álbum saliera. "Yo era este joven músico punk, pero creía tanto en ella", dijo. Y presionó a Ertegun para que le permitiera producir un puñado de canciones a su manera. Era un reto: nunca había producido un disco.

Manilow trató de recrear en el estudio la vibra de Midler en vivo invitando a un público y decorando con algunas luces. "Quería capturer esa personalidad maravillosa en este disco", dijo. "No, no sonaba como Roberta Flack". Sus grabaciones se juntaron con las de Dorn para el álbum final.

"Con los años ella ha sonado mucho mejor en otros discos, pero este fue tan especial y tan original y tan individual y las interpretaciones tan brillantes. Eran graciosas y conmovedoras, como debe ser", dijo Manilow. "Me alegró haber luchado por ella".

El poder y dinamismo de "The Divine Miss M" estuvieron entre las razones por las que Blake Shelton le pidió a Midler que sirviera como mentora de sus concursantes seleccionados en "The Voice" esta temporada. En un segmento ya grabado, les aconseja que suban al escenario con autoridad.

"Tienen voces brillantes pero son gente muy modesta, no están orientados por la personalidad, no llegan completamente cargados. Esa es una pieza del rompecabezas que a veces les falta", dijo Midler. "La vieja escuela es poder hacerlo todo y tener una presencia convincente en el escenario".

El próximo proyecto de Midler mostrará todas esas cualidades: la reposición en Broadway de "Hello, Dolly!". La demanda por la artista sigue siendo grande: la taquilla facturó 9 millones de dólares el día que los boletos salieron a la venta.

"Estoy entrenándome, puedo decirlo con honestidad. Sé que hay muchas expectativas y que la gente espera con ansias. Y yo también, pero tengo un peso muy grande sobre los hombros", dijo Midler. "Quiero asegurarme de tener todos los puntos sobre las íes".