Los intérpretes puertorriqueños Chucho Avellanet y Danny Rivera han  vivido experiencias similares en sus vidas, tanto en sus carreras artísticas, como en el amor. Pero, sin duda, la coincidencia principal entre estos dos artistas ha sido la canción. Así lo demostraron anoche en el concierto Coincidencias que presentaron a casa llena en el Centro de Bellas Artes de Caguas. 

Los artistas ofrecieron un espectáculo de primera al vocalizar alrededor de 37 canciones en una velada en la que supieron combinar con gran dominio el humor y el romanticismo, complaciendo a los asistentes, en su mayoría adultos. Los colegas cantaron a dúo unas 18 canciones, pero también tuvieron su turno en solitario en tarima lo que permitió que cada uno se luciera a sus anchas.

El evento arrancó a las 8:55 p.m. cuando los cantantes salieron al escenario para interpretar Canta mundo. Desde el comienzo, los artistas pusieron la nota jocosa con bailes y anécdotas que parecían hacerle cosquillas a los presentes. 

"¡Se nos dio, Chucho!", fue lo primero que dijo Danny Rivera para enseguida comenzar a hablar sobre su primera coincidencia: el amor. Fue en este momento en el que ambos bromearon sobre sus matrimonios y divorcios, declarándose dos bohemios enamorados. 

En una mesa aguardaba el vino y hasta ahí se acercaron en varias ocasiones los cantores, en especial cuando comenzaron a interpretar temas de desamor, como En un rincón del alma, que interpretó Danny Rivera,  y El amor desolado, que cantó Chucho Avellanet.

Luego de esa dosis de dramatismo cortavenas, los intérpretes se consolaron mutuamente con la canción Manolo, de Alberto Cortez, que la presentaron como si se tratara de una comedia musical al actuarla de principio a fin.

La segunda coincidencia de la noche fue Latinoamérica, que dijeron ha sido fundamental en sus respectivas carreras, ya que han recorrido varios de sus países, los cuales han sido motivo de inspiración para muchas de sus canciones.

"Nosotros hemos hecho el crossover en Latinoamérica, ¿cómo se dirá eso en español?", comentó en su característico tono de broma Chucho Avellanet para entonces cantar junto a Danny Rivera, Latinoamericano y Recuerdos de Ypacaraí. 

La noche continuó con canciones como Esperanza, Batelera y Caballo Viejo, hasta que tocó el turno individual. Primero salió Avellanet para cantar En Venezuela, Se acabó y  Mil violines. Luego le tocó a Rivera que entró para hacer un popurrí de temas, entre los que no faltaron En un cuarto dos amantes, Amada amante y Viejo. 

"Voy a brindar por ti, por Nelson Mandela, pero por ti porque que eres mi hermano y por tener la oportunidad de estar contigo",  expresó Danny Rivera para cantar Salud a dúo con su colega. 

El reloj marcaba las 11:00 p.m. y las canciones seguían aflorando de las voces de los intérpretes quienes estuvieron acompañados de diez músicos y tres coritas. Los artistas no necesitaron de un gran montaje escénico ni de efectos especiales, pues hechizaron al público con la potencia de sus voces, su sentido del humor y su complicidad. Eso se vio a lo largo de la velada, como en la canción Magia blanca, que Chucho cantó en versión bachata, mientras Danny lo acompañaba bailando y haciéndole los coros. 

También lo demostraron cuando a modo de bohemia, y en compañía del guitarrista Juan Carlos Montalvo, cantaron varios boleros, como Desesperanza y Silencio, que la audiencia tarareó entre suspiros. 

El final del concierto llegaría minutos después con Mañanita campera y Tu pueblo es mi pueblo, potente tema que cerró una velada de dos grandes voces puertorriqueñas que este domingo volverán a coincidir en la segunda función de este concierto de más de dos horas de duración.