"La mujer y la primavera", "Lobo domesticado", "Marejada feliz" y "La boda de ella" fueron solo algunos de los éxitos salseros que pusieron a bailar, en los pasillos o en sus asientos, al público que acudió ayer domingo al concierto 24 kilates: Los Papás de la Salsa, efectuado en el coliseo Roberto Clemente, en San Juan.

Aunque el recinto no estaba lleno a capacidad, eso no fue impedimento para que los artistas dieran lo mejor de sí en tarima, reviviendo la salsa puertorriqueña representativa de las décadas del 70 y 80.

La audiencia, que comenzó fría y pasiva, se fue soltando en el transcurso de la tarde hasta integrarse con aplausos y coros en la mayoría de los temas. Los que mejor salieron fueron los ubicados en arena, que convirtieron en pista de baile la parte de atrás de esa sección, aunque también se apropiaron de los pasillos laterales.

La primera mitad del show presentó a Paquito Guzmán y la Orquesta de Tommy Olivencia, Roberto Roena y su Apollo Sound y la orquesta de Bobby Valentín. Al cierre de esta edición esperaban su turno Willie Rosario y La Sonora Ponceña.

El concierto arrancó faltando 10 minutos para las 3:00 p.m. con El negro Chombo, en voz de Paquito Guzmán. 

Para entonces, los asistentes todavía llegaban y ocupaban sus asientos, y solo un puñado de parejas bailaba en la parte posterior del coliseo.

En ese número inicial, la voz de Guzmán apenas se escuchaba y entendía, y así también ocurrió en Yo soy el son cubano porque el micrófono parecía no estar calibrado para su voz.

Cinco noches fue la siguiente interpretación y el cantante se dejó de escuchar en pleno soneo durante varios segundos. El problema se corrigió al finalizar la canción, que fue sucedida por un medley de boleros que Guzmán interpretó solo y en el que resaltó con Mi desgracia.

Guzmán cerró su participación con 25 rosas, pero en tarima continuó la orquesta dirigida por Tommy Olivencia Jr., con los vocalistas Rubén Román, Paquito Acosta Jr. y Mel Martínez. 

Román entonó Pa’ lante otra vez y ya había más gente bailando. Lobo domesticado, en voz de Acosta, fue la más aplaudida y levantó los ánimos del público. La orquesta finalizó con Cumbele maina y Planté bandera.

Luego de un receso de varios minutos, a las 4:21 p.m. Roberto Roena y su Apollo Sound entraron con Avísale a mi contrario.

Los vocalistas Jean Carlos Rivera, Andrés Waldemar Volmar y David Morales “el Piloto de la Salsa” desplegaron energía y entusiasmo sobre el escenario al cantar Cui, cui, Marcando la distancia, Cómo te hago entender, Traición y Marejada feliz, en la que el público se integró cantando el coro.

Roena y su grupo culminaron con Se acabó el amor y Regaño al corazón, y le pasaron el batón a Bobby Valentín y su orquesta.

“Tenemos un repertorio que me han hecho buscar en unas cajas que están en casa”, dijo Valentín en su saludo. Más tarde diría que “lo que yo he interpretado aquí son los papeles originales, de los 70. Tienen polilla”.

El repertorio de esta orquesta, cuyo frente está compuesto por Norberto “El Indio” Rodríguez, Joe Ayala y Kriptony Texeira, comenzó con La mujer y la primavera, Libro de amor, Pirata de la mar y Me diste de tu agua.

Del baúl de los recuerdos también salieron Linda Teresa, La boda de ella, Escándalo y Jacobo Basura.

El público, que bailaba ya en el pasillo central de la sección arena, pidió más y Valentín complació con Part-time Lover y La espinita como “ñapas”.

A las 7:00 p.m., se preparaba para salir a tocar Willie Rosario y el gran final estaría a cargo de La Sonora Ponceña. De acuerdo al guión, cada orquesta interpretaría una decena de canciones.