El Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot, en San Juan, se convirtió en una máquina del tiempo para los fanáticos que este sábado se dieron cita en ese centro de entretenimiento para asistir al concierto que ofreció la banda estadounidense de rock Journey.

El público, compuesto en su mayoría de adultos de más de 40 años, disfrutó de muchos de los éxitos más recordados de este grupo en una jornada que duró sobre tres horas.

El concierto comenzó a las 8:00 p.m. con la presentación especial de Lou Gramm, excantante de Foreigner. El artista, que abrió mientras aún el público se acomodaba en sus butacas, interpretó clásicos como “Double Vision”, “That Was Yesterday”, “Juke Box Hero”, “Cold as Ice”, “Hot Blooded” y “Midnight Blues” (de su primer disco como solista).

Gramm, que se presentó con su propia banda, demostró tener una voz potente que le hizo merecedor de múltiples y sonoros aplausos, como cuando cantó “Urgent”. Otro momento que captó la atención del público fue su interpretación del éxito romántico “I Want to Know What Love is”.

Journey subió al escenario a las 9:30 p.m. tras una pausa de media hora. Comenzó con tres grandes éxitos que pusieron a bailar y cantar al público que en ese momento ya había llenado el llamado Choliseo en su modalidad mediana. Al compás de “Anyway you want it”, “Separate Ways” y “Be Good To Yourself” los fanáticos se pusieron de pie para acompañar al vocalista Arnel Pineda.

Pineda, quien se integró a la banda en 1997, se mostró simpático y energético durante la jornada diciendo algunas palabras en español, bailando y saltando por todo el escenario. De la misma forma, estuvieron los miembros de la agrupación, liderados por el guitarrista Neal Schon, único miembro original de Journey y quien hizo un espectacular solo al final de “Only The Young”.

Otro momento sublime fue cuando el grupo entonó uno de sus mayores éxitos, “Open Arms”, que tuvo el efecto de que la sala de conciertos se uniera en una sola voz para cantarla. Al final todos aplaudieron con delirio.

El concierto bajó un poco de intensidad cuando el grupo interpretó números como “Stone in Love”, “Mother Father” y “La Raza del Sol”, donde Schon y el bajista Ross Valory hicieron un duelo de cuerdas que fue muy aplaudido.

Lo mismo pasó cuando el tecladista Jonathan Cain hizo un solo antes de que el grupo tocara “Who’s Cryin Now”. En ese momento, los presentes le brindaron un aplauso al músico. De la misma forma, los fanáticos se pusieron de pie al escuchar los primeros acordes de “Who’s Cryin Now”.

Las últimas canciones del concierto volvieron a levantar a todos los asistentes, que cantaron a todo pulmón “Wheel In The Sky”, “Faithfully” y “Don’t Stop Believing”. El grupo se despidió cerca de las 11:10 p.m. con el éxito “Lovin’, Touchin’, Squeezin’”.

En cuanto al aspecto técnico del concierto, hay que señalar que el sonido se escuchó diáfano, aunque en contados momentos la voz de Pineda se perdía. Hay que destacar de luces que cumplió a cabalidad su cometido de darle vistosidad a la presentación.

Al final, el concierto cerró tal como abrió, con un público que delirante que cantó y bailó como cuando eran un poco más jóvenes.