De aquellos ritmos de reggae y dancehall provenientes de Jamaica y Panamá, y letras que retrataban el comportamiento en el bajo mundo e invitaban al sexo desenfrenado que constituyeron las raíces del reguetón, hoy día queda muy poco.

Líricas más limpias que hablan del amor, desamor y despecho o que invitan a bailar y a celebrar sobre melodías que fusionan la base del dembow con ritmos de música electrónica, salsa, bachata, merengue y mucha influencia del hip hop, entre otros, conforman en la actualidad la apuesta principal de los artistas que lideran el género.

La transformación del underground al reguetón de estos días ha sido tan marcada, que para algunos de sus gestores, que hoy se reunirán en el concierto Reggaeton Old School, a celebrarse en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot, perdió en gran medida su esencia en el momento en que se comercializó.

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“Ya no parece reguetón. El reguetón de ahora tiene mil melodías y tiene mucha influencia americana. Ahora mismo, tú oyes a un J Balvin y no se parece a lo que nosotros hacíamos en el comienzo”, expresó DJ Negro, pionero del género y expropietario de la desaparecida discoteca The Noise, donde nacieron muchas de las voces más importantes del movimiento musical subterráneo que comenzó en la Isla a mediados de la década de 1990.

Nico Canandá, también precursor, por su parte ve con orgullo el desarrollo que ha seguido el reguetón, que de comenzar como la música creada y escuchada por los muchachos de los barrios y comunidades marginadas, hoy se posiciona como el género musical más escuchado en el mundo, con exponentes que son idolatrados en infinidad de países, que congregan multitudes en las plazas de espectáculos más importantes y que generan a diario millones de "likes" y páginas vistas en las redes sociales y reproducciones en las plataformas digitales.

“Yo oigo a J Balvin y a todos esos artistas y me da orgullo. Siento como si fuera parte de eso. Ahora hay mejores equipos. Ahora puede estudiarse esto. Cuando yo era chamaquito, no había donde estudiar producción ni de teclados ni nada. Ahora hay gente en el Liceo de Arte que aprenden a grabar pro desde el principio”, manifestó.

“Cuando uno piensa en la historia es importante recordar cómo el sonido fue de grabar en una sala, a tener estudios y maquinaria, a ser como es hoy. El reguetón de hoy suena profesional desde el principio”, agregó.

“Antes había que tener equipo costoso, sobre $20 mil mínimo en equipo para armar tu estudio. Ahora es más económico y depende mucho de tu situación, pero ahora mismo con una laptop ya puedes hacer música”, abundó DJ Goldy.

El género que ellos desarrollaron se transformó, y con él ellos también, afirmó por otro lado el creador del éxito Volumen 3 The Melody, grabado por Héctor y Tito. 

“Hemos evolucionado y progresado en el sentido de que muchos no teníamos conocimiento en la música, ni los cantantes. Con el tiempo fuimos entrando a ese mundo y perfeccionando nuestros talentos”, señaló Dj Goldy.

DJ Blass, de otro lado, considera que el impacto en las clases sociales fue de gran influencia para la evolución. A juicio del productor, para trascender de los jóvenes de los caseríos tuvo que limpiar sus letras y experimentar con ritmos nuevos.

“Ahora mismo se escucha entre los latinos, españoles, europeos y se escucha en todas las clases sociales, desde la más alta hasta la más baja. Eso lo que hace es que evolucione la lírica (…), pero sigue siendo música comercial popular; no es música urbana reguetón y eso hay que tenerlo bien claro. Es una fusión urbana”, aclaró.

El cambio

Esa primera manifestación de lo que fue un cambio de tono en las líricas provino de la visión de DJ Negro, quien al anticipar una posible intervención de las autoridades ante el malestar social y gubernamenta debido al lenguaje obseno y violento, el estruendo en las calles por el alto volumen del bajo con que los jóvenes escuchaban la música en sus carros y la economía subterránea generada por la venta clandestina de las producciones, se aventuró a producir un disco de temas con líricas más limpias y ritmo más suave.

De esta forma, The Noise 3, con el éxito Cierra los ojos bien, entonada por Baby Rasta y Gringo, fue la única que pudo venderse de forma legitima, cuando en 1995 la Policía de Puerto Rico realizó una redada en varias tiendas de discos en San Juan y retiró las producciones de underground. Poco después, DJ Playero lo emuló con el álbum Respect.

Con ese disco, DJ Negro recordó que el género entró en la radio.

“Así los demás empezaron a mejorar sus letras y a hacer clean lyrics”, añadió.

“No me gustaba la palabrería mala, eso nos limitaba. Cuando el gobierno se metió, ya nosotros estábamos ready”, rememoró DJ Nelson.

La censura dio pie a una demanda federal, encausada por el empresario Pedro Merced, primera figura en la industria de discos que invirtió en el underground, bajo su compañía BM Records y que fue resuelto en poco tiempo a favor del género. 

La movida...

Pero antes de poder ingresar las producciones a las tiendas de discos, los dj’s se las ingeniaban para mover su música. Mientras, DJ Negro producía, distribuía, vendía y cobraba sus discos en la discoteca o eventos en que tocaban, otros como Nico Canadá promocionaba su música desde una “tumba cocos” en diferentes eventos dirigidos a la juventud, a la vez que implementó como estrategia la colocación de pegatinas con los logos de las producciones en los automóviles.

De otro lado, los productores recordaron cómo era el ambiente en las discotecas en aquella década.

“Cuando llegó a estar el género bien metido era como tener una bomba de tiempo. Podía estar bien chévere y de momento se te formó el motín y se te metió todo el caserío. Los que te apoyaban las discotecas eran del barrio y los pleitos del barrio llegaba allí”, mencionó DJ Negro.

Y hubo canciones que creaban tensiones dentro de estos negocios, como lo fue Ronca de Don Omar, sobre la cual los dueños de discotecas acordaron no ponerla porque generaba “un problema” cada vez que lo hacían.

Sobre las tira’eras, aseguraron que era cierto que había rencillas entre exponentes de dj’s diferentes, no obstante, “no era a nivel de pistolas, era solo lirical”. 

La trayectoria del género está llena de momentos claves, pero según Nico Canadá la gran coyuntura fue durante “la era de Mache Music”, en 2003, en la cual resaltó trabajos como Los 12 discípulos, producida por Eddie Dee y entonada por estrellas como Daddy Yankee, Nicky Jam, Vico C, Tego Calderón e Ivy Queen, entre otros. Es entonces que mucha gente atribuye el comienzo del movimiento por el interés que generó en la industria disquera.

“Quisieron entrar al negocio porque le vieron lo comercial. Ahí yo dije, esto es gigante. Esa es la era millonaria”, expresó el productor.