Los fanáticos del rapero Tempo llegaron este sábado temprano a su cita con el artista en el Coliseo de Puerto Rico, donde se sometieron sin problemas al proceso de cotejo de seguridad del concierto.  

Los amigos Christian Rodríguez, Carlos Muñoz y Giovanni Santiago estaban a las 7:30 p.m. haciendo una de las siete filas formadas por barricadas de metal. Ataviados con sus mejores galas urbanas, los amigos coincidieron en que las medidas de seguridad no eran diferentes a las que habían experimentado en los conciertos de los reguetoneros Farruko y Arcángel, celebrados recientemente en el recinto. 

En el proceso, los jóvenes pasaron por un cotejo inicial, luego por un detector de metales y si algo sonaba, tenían que ser nuevamente cotejados por un oficial de seguridad privada. 

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Para ellos no se trataban de medidas excesivas, aunque Carlos Muñoz, de 25 años de edad y residente de Villalba, opinó que podían resultar un poco discriminatorias por tratarse del  concierto de un exponente del género urbano, quien cumplió 11 años y seis meses en una prisión federal por narcotráfico y posesión ilegal de armas. 

"Se trata de Tempo y eso, pero viste, yo en verdad lo tomé como promoción y me dieron hasta más ganas de venir. Cuando vi eso, dije: 'Voy pa'allá que Tempo lo que va es a matar", comentó el joven. 

Arlene Pérez, directora del Departamento de Ventas, Servicios VIP y Seguridad del Coliseo de Puerto Rico, informó que las únicas diferencias de este evento con otros conciertos de reguetón eran las barricadas que dividían las filas, los detectores de metales y la presencia de la unidad canina de la Policía, que visitó el recinto horas antes de abrir las puertas y cotejó todo el edificio, asegurando el área de la tarima, las gradas y los camerinos. 

"Asegurarnos antes de abrir puertas que estamos seguros y no encontraron nada, todo estuvo muy bien, ellos todavía  están en los predios para asegurarnos de que los visitantes se sientan protegidos y seguros, para llevar la fiesta en paz", agregó. 

En el evento había 130 oficiales de seguridad privada, cuatro agentes de la unidad canina, así como un refuerzo de la unidad motorizada de la Policía para la vigilancia en los predios del recinto. Se esperaban de ocho a nueve mil personas. 

"El Coliseo apoya al género, pero todos entendemos que el género tiene unas particularidades, diferentes a las de una presentación de rock o de salsa, pero ellos mismos lo saben y tanto el productor Paco López como Tempo, entendían las medidas que se iban a tomar y todo fue discutido previamente", destacó Pérez.

Para algunos asistentes, el proceso de seguridad, lejos de molestarles les pareció indicado y hasta lo aplaudieron, como fue el caso del grupo de amigos, compuesto por Julianna Meléndez, William Martínez y Mitchel Hernández, de Guaynabo. 

"Está bien hecho porque ha habido otros eventos que no son del género urbano en que han pasado situaciones y está bien", comentó Martínez, de 34 años. 

Mientras que Meléndez, de 32, opinó que la seguridad era mejor para todos. 

Y es que poco parecía importarle a los fanáticos el proceso de seguridad, ya que su anhelo era ver a Tempo, quien luego de más de una década regresaría a los escenarios para cantar su libertad.