Si algo distingue al cantante Gilberto Santa Rosa es su disciplina para el trabajo y  ahora, dicha cualidad es parte del legado que dejó en él su tutor, el maestro Elías Lopés.

El Caballero de la Salsa se unió al músico siendo un adolescente de 14 años.

Recuerda que su papá se lo encomendó a Lopés cuando a esa temprana edad viajó a Nueva York para comenzar a mezclarse con los maestros del género salsero.

“Se me va parte de la historia mía”, reaccionó esta mañana Santa Rosa ante la pérdida. “Lo conocí cuando grabé con Mario (Ortiz). Cuando grabé con Mario se estilaba ensayar y se grababa después, y mi primer ensayo con la orquesta de Mario, él fue y ya conocía quién era Elías Lopés”.

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Destacó Santa Rosa su particularidad de ensayar en círculo para tener mayor control; su rigurosidad para la música; su amor por los deportes; su don para compartir su conocimiento; su proyecto innovador, Trompeta con Trovadores, y su afán por conservar la memorabilia de sus trabajos.

“El mayor legado para mí persona fue disciplina, cocimiento del trabajo que estás haciendo y los retos; me ponía retos musicales que me desarrollaron el talento que tenía entonces”, agradeció el salsero, que viajará desde Miami para asistir al funeral.