¿Quién dijo que los nenes no pueden disfrutar un concierto sinfónico? 

Cientos de niños se unieron en una ola formada con sus manos para recibir a sus ídolos de Atención, Atención quienes se presentaron ayer en la tarde en un concierto acompañados por 59 músicos de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico.

Se trató de Atención Atención Sinfónico que tras el huracán María cambió el escenario del Centro de Bellas Artes de Santurce por el del Coliseo de Puerto Rico, en su modalidad de teatro. 

La presentación fue dedicada a las víctimas del huracán María, a través de un mensaje escrito que se podía leer en la pantalla. 

El líder del grupo Víctor Rivera recibió el primer aplauso de un público muy bien portado compuesto por pequeñines maravillados por lo que sucedía en el escenario con canciones, conocidas por ellos a través del programa de televisión y discos, así como los personajes “el Sapo” y “el Lagartijo”. 

El grupo compuesto por artistas muy completos, músicos conocidos por los colores de sus corbatas -como son Joel Martínez (amarilla), Juan Manuel Rivera (anaranjada), Luis Seguinot (roja), Nelson Camacho (violeta) y Nicole Ortiz la talentosa “Clara”, pusieron a gozar a los asistentes.

Los niños se sabían todas las letras, pero fue evidente que Había un sapo está entre las favoritas. 

Igual gozaron y cantaron los papás y mamás, lo que quedó en evidencia cuando llamaron a algunos de ellos al escenario para cantar, y un papá sorprendió con su voz de tenor interpretando Había un sapo, arrancando aplausos.

Fue un concierto musical que hasta “el Mono Makako” tocó el violín y la dulce “Clara” interpretó un número musical con el cuarteto de la orquesta. Para muchos esta fue la primera experiencia con la Orquesta Sinfónica, como un pequeño quien, moviendo sus brazos hacia arriba y hacia abajo repetía: “la batuta”. Había descubierto cómo se dirigía una orquesta. 

La propuesta infantil de Atención, Atención mantuvo a los pequeños y familias activados y pidiendo más cuando Víctor y su trulla intentaron despedirse.

Pero llegó el final y Víctor dedicó el cierre a su madre, Yvonne Solanas -quien murió en junio pasado- con la canción Amigos, amigos. 

“Para la creadora de este proyecto que sin ella no hubiese sido posible”, dijo con la voz entrecortada mientras se proyectaban fotos de su mamá.

Dos horas después y llegando la noche, los niños seguían tan despiertos como al principio, contentos y pidiendo más.