“Era un ser que cantaba siempre, no importaba si estaba triste, contento o enojado”.

Así recordaba esta mañana a su papá, el cantante Julio Ángel, la segunda de sus hijos, Everling Acevedo, durante el homenaje que se le rendiría este sábado a la voz de temas como “Nunca” y “Tan bonita como tú” en la funeraria Ehret, en Río Piedras.

“Es que siempre estábamos cantando”, insistía la mujer parada en el recibidor de la Capilla Jardín de Paz.

El momento sirvió para que Everling y su hermano menor, Alejandro Manuel, quien guarda un gran parecido físico con su progenitor, rememoraran la vida de “El Diamante”, quien falleció la madrugada del 6 de julio, a los 70 años, en un hospital de Miami, donde batalló sus últimos días contra el cáncer que padecía hacía años.

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“La música era su forma de expresarse en todo momento”, recalcó Everling. Y tan era así, dijo, que poco tiempo antes de morir, cuando ya casi no podía hablar, cantaba.

Alejandro Manuel destacó que la amabilidad, su deseo de ayudar a otros, sobre todo apoyando a los productores y músicos puertorriqueños, y el ser trabajador son cualidades que quienes le conocieron en vida no olvidarán.

“Él se tiró solo a la calle a vender sus discos. Ningún artista, hoy día, ha hecho eso”, resaltó Alejandro Manuel al recordar una de las lecciones que le dejó a la industria musical.

Despedida en paz

La tranquilidad y satisfacción de haber cumplido los deseos de su padre, parecía acompañar a este par de hermanos en la funeraria según llegaban admiradores, amigos y familiares a rendir sus respetos. De acuerdo con Everling, los últimos días que acompañó a Julio Ángel en el hospital de Miami, donde también estuvo presente la novia de Alejandro Manuel, Wilmarie Zambrana, sirvieron para cerrar un capítulo de vida en paz y con la garantía de que sus consejos de amor perdurarán.

Allí internado, contó Everling, Julio Ángel se enteró de que sería abuelo por segunda ocasión, pues la segunda de sus niñas, Yashira Marie, le contó que estaba embarazada. También le sobrevive al artista, su hijo mayor, Julio Ángel, Jr.

“Cuando todo se hizo según sus especificaciones, empezamos a hablar de lo espiritual y hablamos del perdón, de que veía a sus angelitos. Fue una experiencia muy bonita”, agregó Everling con la voz entrecortada. Ella y su cuñada estuvieron en el momento en que murió.

Homenaje musical

El cuerpo de Julio Ángel fue cremado y una urna con sus cenizas, rodeada de fotografías de sus momentos frente al micrófono, se ubicaron en la capilla donde se realizaba el velatorio.

En la tarde, los integrantes de Los Condes y el Trío Los Andinos llegarían para rendirle un homenaje musical a quien fuera su compañero en la música. Esta actividad, estará dirigida por Edgardo Huertas, un gran amigo del artista.

Se espera que también acuda Alfred D’Herger, uno de los primeros en reconocer el talento del músico y darle oportunidad ante el público.

Una misa se celebrará en el mismo lugar a las 7:00 p.m.

Julio Ángel, nacido en San Juan el 23 de diciembre de 1944, fue exaltado en marzo pasado al Salón de la Fama de la Música.

A lo largo de su carrera, produjo discos y varios especiales de Navidad. Además de bolerista, fue un gran exponente del rock y la balada de la Nueva Ola. También fue conocido como “La voz romántica de Puerto Rico”.