La residencia en Guayama donde crecieron los trovadores de la familia Sanabria, Victoria, Alfonso y Julio César Sanabria, fue una de las tantas casas de madera que no aguantó el desastroso embate del huracán María.

“No imaginan las lágrimas que he derramado al llegar a casa de mi querida Viejita y ver su casita destruida. No solo ella perdió su vieja casona, sino que gran parte de mi familia también perdieron sus casas y sus pertenencias en Guayama. Le doy gracias a Dios por que tienen vida y salud, sin embargo me duele profundamente toda la tristeza que ellos están sintiendo en su corazón. Al ver esa triste realidad no solo me solidarizo con ellos sino con todas aquellas familias que están atravesando tan profundo dolor. Vamos a salir adelante y nuestra patria se va a levantar mucho más fuerte que antes... Dios bendiga mi país, mi familia y mi pueblo puertorriqueño”, compartió en las redes sociales el menor de los hermanos, Julio César Sanabria.

El trovador acompañó la publicación con un emotivo video donde se observa a su progenitora Nilda Colón ahogada en llanto tras conocer los daños que sufrió su casita.

“Eso se repone. Vas a estar bien. Tenemos vida”, la consolaba el artista.

“Yo nunca creí que mi casita se iba a ir”, le ripostó Colón.

La casa donde la familia acostumbraba a realizar tremendas parrandas o disfrutar de los manjares confeccionado por doña Nilda al fogón, estaba construida en su totalidad en madera y zinc.  Con el azote de los vientos de María, se desprendió el techo y balcón.