Parece irreal que hayan pasado ocho años desde que el videoclip de “Poker Face” hipnotizó las miradas o que hayan transcurrido seis desde que “Mother Monster” se apareció en la ceremonia de los premios Grammy luciendo un traje cosido con filetes de carne y un sombrero de langosta.

El tiempo pasa, y no en vano. Lady Gaga está empeñada en dejar claro que, como artista, es mucho más que aquella excéntrica y cameleónica performer.

Joanne, su quinto álbum de estudio, bien podría ser tomado como una reivindicación artística, pero también podría ser leído como un arrebato de honestidad por parte de Gaga.

Esta vez, las pelucas, los trajes extravagantes y las enérgicas coreografías ya no son el centro de atención. De hecho, la artista de 30 años ya ni siquiera lleva tanto maquillaje encima. Esta vez se trata de ella, de su voz y de un puñado de emociones que ya no siente necesidad de ocultar.

“La gente puede pensar que lo que llevaba antes era una máscara, pero no es cierto. Siempre he sentido una necesidad de expresarme a través de la ropa, de los zapatos o de los sombreros, y así es como me sentía. Ahora me siento más cómoda sin complementos”, dijo la artista en una conferencia de prensa realizada en Londres, a propósito del lanzamiento de su nuevo disco.

Joanne es el segundo de los tres nombres de la vocalista (Stephani Joanne Angelina Germanotta), pero es también el de su tía paterna y el del restaurante que el padre de la intérprete, Joe, tuvo durante años.

De modo que el álbum es una muestra de Lady Gaga sin tapujos ni artificios, pero es, al mismo tiempo, un homenaje familiar.

“Este disco es un regreso mental y emocional a mi familia, a ese espacio en el que me enamoré de la música. Y es un reencuentro muy especial con mi padre: yo no entendía en su momento de dónde le venía esa tristeza. Con el tiempo descubrí que era por la muerte de su hermana, quien falleció a los 19 años de lupus, una terrible enfermedad autoinmune. Hubo un momento, cuando estaba en el hospital, en que los médicos sugirieron que le cortaran las manos para prolongar su vida. Mi abuela se negó, porque Joanne era artista: pintaba y escribía”, reveló la cantante a los periodistas europeos.

"Quiero emocionar a los que nunca tuvieron el mínimo interés en mí. He desnudado mi alma en este disco, que es lo más duro que uno puede hacer. Me gustaría que la gente se identifique con sensaciones como las que me inspiraron esa canción”, agregó.

Crisol de sonidos

 Aparte de toda la inspiración y las emociones que arrastra Joanne, el disco también representa un cambio en el estilo musical de Lady Gaga y que salió a la venta este viernes.

Lejos de refugiarse tan solo en el pop –como lo había hecho hasta ahora– , el álbum es muestra de diversidad sonora.

“Million Reasons”, por ejemplo, es una balada con influencia de la música country. “A-Yo”, otro de los temas lanzados por la artista antes de la llegada al mercado de Joanne , corresponde a un ritmo teñido de funk , rock y, sí, más country.

Pero, para los que extrañarán la voz de Gaga en las pistas de baile de las discotecas, también está “Perfect Illusion”, una pieza de pop que, contrario a lo que se ha dicho hasta ahora, lleva como mensaje que “todos somos perfectos en nuestras imperfecciones”.

“Si el amor te está engañando, déjalo marchar”, dijo Gaga en conferencia de prensa.

Asimismo, Joanne trae dos versiones del tema “Angel Down”, inspirado en el caso de Trayvon Martin, reveló la artista a radio Beats 1.

Martin, un estadounidense de 17 años, murió en el 2012 a manos de un agente policial blanco, quien más tarde fue absuelto. A raíz de este caso se inició el movimiento “Black Lives Matter”.

“¿Cómo no iba a decir algo? ¿Cómo iba a crear un álbum en el que solo hablo de mover el trasero en un club? Eso parece tan insignificante, tan irrelevante...”, admitió la cantante.

Además, Joanne contiene un dueto con Florence Welch (Florence and the Machine), titulado "Hey Girl" y que, según El Mundo, podría convertirse en un “himno a la hermandad de las mujeres”.

Transformación

La imagen que una vez Gaga proyectó de “chica freak ” le valió la admiración de sus little monsters, pero en tiempos recientes había perdido esa fascinación inicial.

Quizá consciente de esto, la artista había venido apostando a presentaciones más sobrias, como la de la penúltima edición de los premios Óscar, en la que con un vestido estilo princesa interpretó el tema “The Sound of Music”, como tributo a Julie Andrews.

Al día siguiente, la revista Time anunciaba en sus titulares que dicha presentación podría redefinir la carrera de la cantante, quien había convertido el pop en un espectáculo, pero que no necesariamente había sacado a relucir sus dones vocales. Había, incluso, perdido el respeto y el balance en su carrera tras el lanzamiento de ArtPop (2013).

“Para una estrella cuya carrera ha tenido mucho que ver con convertirse a sí misma en el centro de atención, ceder espacio a algo más es un gran paso en firme”, apuntó la revista.

Gaga también fue la encargada de hacer latir los corazones estadounidenses con su interpretación del National Anthem en la última edición del Super Bowl.

La NFL se mostró tan complacida con su presentación, que a finales de setiembre la anunció como la artista invitada para el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl de febrero próximo.

Además, en tiempos recientes, la cantante había comenzado a dar un giro complementario en su carrera al meterse en el terreno filmográfico.

En Machete Kills (2013) y en Sin City: A Dame to Kill For (2014) apenas pasó de puntillas, pero parece que está dispuesta a seguir los pasos de Judy Garland y de Barbra Streisand al protagonizar A Star Is Born , una cinta dirigida por Bradley Cooper y que pretende llegar a los cines en el 2017.

En la pantalla chica, por su parte, ya cuenta con el reconocimiento que muchos de sus colegas actores desearían, pues desde su incursión en las series televisivas, con American Horror Story, se hizo acreedora de un Globo de Oro.

Empero, el lanzamiento de Joanne deja claro el mensaje: la música sigue siendo el primer amor de Lady Gaga, y ahora está dispuesta a reinventarse como símbolo y como intérprete para conseguir, una vez más, la validación como artista que por años ha buscado.