Con la intención de fomentar la diversidad cultural y mantener vivo el instrumento del cuatro fuera de la Isla, el cuatrista Quique Domenech da su apoyo a los estudiantes de la organización Puerto Rican Arts Alliance de Chicago (PRAA) que se encuentran de visita en la Isla.

Domenech dirigió los ensayos en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, en el Viejo San Juan, donde Jesús Ortiz (20), Jonathan Pacheco (18), Edward Ortiz (24), Diego González (15), Jennifer Guillén (19), John Rivera (24) y Anissa Vega (17) tocaron junto con él para Primera Hora el tema Capullito de alelí, de Rafael Hernández.

Estos jóvenes participarán este sábado en el concierto De lo clásico a lo típico que ofrecerá la Orquesta Filarmónica Arturo Somohano, bajo la dirección de Roselín Pabón, en el Centro de Bellas Artes de San Juan a partir de las 8:00 de la noche.

Para Quique Domenech, esta experiencia es enriquecedora porque puede compartir con los estudiantes las técnicas avanzadas de cómo tocar mejor el cuatro como un amigo más que como un maestro.

“Puedo compartir mi música y lo que sé de nuestro instrumento cultural. Es sembrar esa semilla que está creciendo que son los que nos van a sustituir. Ellos están fiebrando con el instrumento”, dice.

Quique Domenech revela a Primera Hora que este tipo de iniciativa “me da orgullo y vergüenza porque aquí no se está apoyando nuestra música y esto es un ejemplo para eso”.

Desde hace un año que el veterano músico trabaja en conjunto con la Orquesta Filarmónica y el proyecto International Connection que forma parte de la PRAA de Chicago.

Además, como parte del compromiso de PRAA, en Chicago se celebra lo que se considera el festival del cuatro más grande del mundo para el cual el público paga de $45 a $100 por boleto. Lo recaudado va destinado a la organización, según explicó a este diario su director Carlos Hernández.

Para John Rivera, quien es de madre mexicana y padre puertorriqueño y además domina el cuatro desde hace siete años, constituye un orgullo tocar en Puerto Rico, cuna del instrumento que tanto le apasiona.

Mientras que Anissa Vega, cuya madre es puertorriqueña y su padre mexicano, siente que presentarse en la Isla es “una gran oportunidad y una experiencia que nunca voy a olvidar porque me da visión e inspiración para seguir trabajando duro y proteger la cultura puertorriqueña”.

Entretanto, Edward Ortiz, quien estudia medicina para convertirse en neurocirujano, es el único en el grupo que tiene desde hace un año un cuatro eléctrico que –a diferencia del clásico– solo se escucha cuando está conectado.

Los estudiantes de la PRAA forman parte de la Chicago Cuatro Orquesta, cuyo presidente es Nelson González, padre de Diego González, a quien acompañó en este viaje junto con su esposa, Teresa García.