La mejor carta de presentación del cantante Marc Anthony es su voz. No necesitaba nada más para conquistar al público que se dio cita esta noche en el Coliseo de Puerto Rico, en Hato Rey.

El artista de origen puertorriqueño compartió con sus fanáticos en el concierto de su gira mundial Vivir mi vida, que lo llevará por alrededor de 15 países.  

Desde que apareció en el escenario, a las 8:30 de la noche, el intérprete cautivó a sus seguidores con un show en el que, como es costumbre, dominó el género de la salsa, aunque suele desempeñarse con soltura en la balada.

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Una vez las luces se apagaron, se escuchó su voz para describirse como un padre, hijo y hermano. En su relato dijo que era música, sonrisa y las calles de Nueva York y Puerto Rico. Comentó, además, que su deseo era dejar una huella. Luego, las pantallas mostraron su entrada a la tarima. Los gritos anticiparon que el concierto estaría colmado de energía y que la gente disfrutaría de la velada. Y una vez, el público se dio cuenta de la entrega total, acogió al artista.

Pero el público no fue el único que gozó de principio a fin, pues el salsero bailó, brincó, tiró besos, saludó, posó para fotos y no paró de reírse como quien vive al máximo. Marc Anthony fue energía y sensualidad.

El solista decidió iniciar la velada con el tema I Need to Know, cuya interpretación provocó incontrolables gritos por sus sensuales movimientos. “Mi gente con las manos arriba”, dijo, en varias ocasiones, para dejar establecido que quería a un público prendido. No fue difícil resistirse. Las personas aplaudían, bailaban y gritaban.

El coro de la gente estuvo con él en los temas Y hubo alguien. Este último contó con el magistral sonido de los violines. Cuando culminó la canción, el coliseo fue alumbrado, mientras él, incrédulo, miraba cada esquina. Tras sonreír, le dio un beso al piso.

“Qué rico, por fin. Qué rico compartir con ustedes y estar en casa. Es impresionante. Muchas gracias”, dijo tras encender el recinto con Valió la pena.

El espectáculo consistió en un vuelta por la trayectoria musical del vocalista, de 45 años, pero también para la presentación del tema inédito Vivir mi vida, de su última producción discográfica, 3.0.

Clásicos como el de José Luis Perales, ¿Y cómo es él?, confirmaron la calidad interpretativa del artista, quien complació a los miles de fanáticos que lo esperaron por casi dos años para verlo nuevamente en directo.

El vocalista tuvo también momentos en que quiso ser chistoso o divertido, como cuando pidió ayuda en el tema Vivir lo nuestro, que lo cantó “con una tipa ahí” en referencia a la cantante India. La ayuda no era necesaria, pero fue bien recibida por el vocalista.

Sin permitir que bajaran los ánimos, el salsero recibió al invitado de la noche: Tito “el Bambino”, con quien cantó el éxito radial Por qué les mientes. Fue evidente que ambos comparten una amistad que se reforzó con los abrazos que se dieron varias veces. Aunque el público disfrutó de la presentación, la voz del rapero por instantes no se entendía. Esto no fue ningún problema para los bailadores.

Mi gente, que popularizó Héctor Lavoe, marcó el momento nostálgico y patriótico de la noche. Con visuales del rostro del fenecido cantante y la proyección de la bandera nacional, la gente hacía lo que él pedía.

Antes de irse tras una hora y media de show, Marc Anthony puso a la gente eufórica con Preciosa. Después de la falsa despedida, el cantante apareció para interpretar Tu amor me hace bien.

Para cerrar, el vocalista cantó su nuevo himno Vivir mi vida, que, a juzgar por su entrega total, también es su filosofía de vida.

Ésta era la primera función de tres vendidas en el Choliseo, donde se utilizarían las versiones completas. Mañana, viernes, y el  sábado, el cantante vuelve a apoderarse de este recinto. Ojalá y le queden las mismas energías.