En el momento en que la cantante Mirella Cesa se visualizó en un escenario quería que la identificaran con su país, Ecuador.

Pero ella no solo se refería al sonido de sus canciones en los que integra instrumentos andinos al pop –andipop–, sino a su manera de vestir.  La artista suele llevar pulseras hasta los codos de distintos tipos de materiales y semillas, además de que su ropa proviene de creadores de diversas regiones de su país.

“Tengo seis años de carrera y, desde el inicio, mi intensión era proyectar un estilo diferente que me describiera no solo como latina, sino como alguien que proviene de un país muy particular en la mitad del mundo. Quería fusionar instrumentos andinos, como el charango, con la batería y el bajo. De eso, nace el andipop”, explicó la joven intérprete, quien llegó hoy, lunes, a Puerto Rico, donde promoverá su producción discográfica “Deseo concedido”.

Las  fusiones con sonidos autóctonos no son nuevos en su país, aclaró, no obstante, ella se adjudicó la mezcla de los ritmos tradicionales con el género del pop.

“Cuando estudié en Miami, me faltaba algo mi identidad, que hablaran mis raíces, de ahí la idea de fusionar. Por otra parte, mi abuelo por parte de madre es de Ambato, donde hay mucho folclore. Es una música que da paz y es diferente”, reiteró la cantautora sobre su propuesta que cuenta con el respaldo de los colombianos, venezolanos y ecuatorianos.

Cesa, natural de Guayaquil, dijo que está centrada en la internacionalización de su música. Para lograrlo, la artista armó su disco con el respaldo del cantante salvadoreño Álvaro Torres, quien colabora en una nueva versión del conocido tema “Nada se compara contigo”; letras del compositor peruano Gian Marco y un dúo con los colombianos Gusi y Beto en el tema “Todos mis deseos”. Estos últimos, representantes del vallenato, formaron parte del grupo de artistas invitados por el cantautor venezolano Franco de Vita en la producción “Franco de Vita vuelve en primera fila”.