En la pista de baile los esposos Marcos López y Milagros Rodríguez, de 77 años de edad, movían sus hombros y piernas con un ritmo envidiable. Con elegancia y con sabrosura iban bailando en clave, mientras se miraban y sonreían, como si no existiera nada más que ese instante de movimiento. 

La orquesta La Mulenze sonaba y allí estaban ellos, dibujando con sus pasos cada canción. 

“Cuando uno baila salsa uno se inspira con la música y los cuerpos y los pies hablan. Y si tu compañera, te sigue, pues mire, feliz y contento”, agregó el hombre, mientras su esposa sonreía. 

“Sí, esto es una conversación”, comentó la mujer.

Al igual que esta pareja, anoche cientos de personas disfrutaron del segundo bailable de Z-93, “Noche nacional del bailador y el salsero”,  que se celebró en el Coliseo Roberto Clemente en San Juan y fue animado por Néstor Galán "El Buho Loco". Willie Rosario, la Sonora Ponceña, Bobby Valentín y la Orquesta La Mulenze estuvieron a cargo de amenizar este evento, que arrancó a las 8:20 p.m. con La Mulenze. 

La orquesta dirigida por Edwin “Mulenze” Morales interpretó varios de sus éxitos, como No te vayas y Anoche aprendí, que provocaron que bailaran hasta los más tiesos. Luego del sabor de este grupo, subió a la tarima la Sonora Ponceña con Papo Lucca al mando y con la presencia de don Quique Lucca, quien a sus 100 años sigue como coco. 

La pista se calentó con este conjunto que interpretó temas como Tumba mabo, Yambeque y Como te quise yo, que provocaron todo tipo de movimientos: brincos, vueltas rápidas, combinación de pies y brazos,  giros de cabeza y guiñadas coquetas. Hasta Roberto Roena, quien se encontraba por allí, no pudo resistirse y tuvo que menearse como bien él sabe hacerlo.

El bailable lo disfrutaron adultos y jóvenes, como fue el caso de la pareja compuesta por 

los amigos Jonathan Andino y Krysble Roque, de 20 y 18 años, respectivamente. 

“Los que piensan que los jóvenes no bailan que vengan y vean. La salsa es algo que es parte de nuestra cultura y se debe de preservar”, destacó Krysble Roque. 

Su amigo Jonathan Andino indicó que la salsa tiene un “feeling” diferente y que lo más que gusta de bailarla es la dinámica. 

“Lo que me gusta de bailar salsa es chicas como ésta y la dinámica que hay aquí que no la vas a encontrar en ningún otro lugar porque la gente que viene aquí viene con ganas de bailar. Cuando tu vas a un sitio así, todo fluye”, expresó Jonathan Andino.

La salsa seguía y a las 11:00 p.m. ya estaba en el escenario la orquesta de Bobby Valentín.  El bajista, con el resto del grupo, interpretó algunos de los éxitos de su discografía, los cuales se los disfrutó de principio a fin Lucy Gutiérrez, quien asistió al bailable con su esposo, Alejandro Belmar.

“Me encanta bailar porque es algo sabroso, bien tropical, inconfundible”, comunicó la mujer de 52 años, quien brillaba, además de por su diadema, por su elegancia al bailar. 

El segundo bailable de Z-93 concluiría pasada las 11:30 p.m. con Willie Rosario y su orquesta, que pondría fin a un evento que demostró que la salsa sigue más viva que nunca, como bien expresó Vangie Pagán, de 53 años y residente de San Juan.  

“Todavía queda ese calor de la salsa y espero que no se muera”, indicó la mujer.