Nueva York. Ella asegura que no canta por cantar. A tres años de su regreso a la palestra musical, la cantante Thalía confiesa que su nueva producción discográfica tiene mucho más que ofrecer que solo letras, música y su voz. 

Habítame siempre también tiene plasmadas las emociones, la intensidad de los sentimientos que, a su vez, además de reír, la hicieron llorar.

“Todas las canciones, especialmente Manías y No soy el aire, fueron temas que de pronto se me atoraba la voz, había lágrimas, y de repente tenía que hacer una pausa”. Hubo muchos momentos en los que “tenía que respirar, donde tenía que salir a caminar en el jardín del estudio, un poquito como para recapitular, como para recuperame un poquito y regresar”.

Al cúmulo de sentimientos se añadió el luto por el fallecimiento de su madre, Yolanda Miranda Mange, a quien dedica su disco. “Ella estuvo presente en mi memoria todo el tiempo, en cada nota, cada instrumento, cada acorde, cada canción que interpreté, cada respiración, todo es para ella”.

El primer corte promocional es la balada Manías, escrita por Raúl Ornelas. Y más allá de la imagen de perfección que muchos fanáticos puedan atribuirle, la intérprete de A quién le importa deja claro que en su vida cotidiana es tan terrenal como la de quienes la siguen.

Thalía, ¿tiene manías?, indagamos. “¡Thalía tiene muchas manías (ríe)! ¡Estoy llena de manías!”, insiste. Al enumerar algunas, confiesa que “ahorita mismo me estoy mordiendo el labio. Es una de mis manías, arrancarme los pellejitos hasta que sangre. Otra manía es vestirme toda del lado derecho. Cuando salgo de la cama, tengo que hacerlo con el pie derecho, cuando me visto, me pongo la manga del saco, de la blusa, tiene que ser del brazo derecho”. Y analiza que un punto positivo de ello es que “eso es lo que nos hace diferentes”.

La artista mexicana, quien reside en Nueva York junto a su esposo, el productor Tommy Mottola, y sus hijos, Sabrina Sakaë y Matthew Alejandro, confiesa su complacencia por celebrar las tradiciones de las cultura norteamericana.

“Para mí, las fechas de celebración desde Halloween hasta febrero son las más importantes del año porque puedo darme el regalo de celebrar dos culturas: las culturas de mi hijos, que nacieron en este país, como Halloween, Santa Claus y todo eso, pero puedo darme el lujo de celebrar mi cultura, que el Día de los Muertos, con su pan de muertos, la rosca de Reyes con los Tres Reyes Magos que llegan a dejar regalos”, revela.

Dentro de las festividades, el Día de Acción de Gracias no es la excepción. “Tommy yo lo celebramos en familia. Lo que se hace es lo tradicional, con el pavo, el jamón, los platos que se hacen aquí, pero también, por ejemplo, le agrego como que extra salsita por aquí o de pronto unas tortillitas para el pavito y de pronto se cuela el tequilita por ahí”.

Conmovida con Sandy

“Estábamos aquí en Nueva York. Fue devastador”, reacciona la artista respecto a su experiencia de vivir por primera vez los estragos de un huracán. Su impresión fue tal, que no dudó ni por un instante en colaborar para ayudar a las víctimas.

“Hablé al consulado mexicano. Fuimos a Staten Island. Hemos ido a Conny Island para llevar ayuda”, comenta conmovida. Dentro de la tristeza, revela que “una de la cosas maravillosas para mí es poder contribuir y ser portavoz para que todas estas personas se levanten, saquen fuerzas y puedan seguir adelante”.