Nueva York. La cantante de salsa Choco Orta rendirá tributo en Nueva York a la fenecida intérprete Ruth Fernández, conocida como "el alma de Puerto Rico hecha canción", con un concierto de sus temas más conocidos.

El espectáculo "Choco Orta: Homenaje a Ruth Fernández", el 14 de noviembre en el Colegio Hostos en El Bronx, se une a la lista de eventos que se realizan en esta ciudad en el Mes de la Herencia Puertorriqueña.

Rendir tributo a Ruth Fernández "me llena de emoción, de orgullo, sobre todo, ahora que la ONU ha decretado el decenio de la afrodescendencia", dijo en entrevista con Efe Milagros Orta Rodríguez, conocida como Choco Orta, que estará acompañada por algunos de los músicos de jazz latino más reconocidos de Nueva York, bajo la dirección del pianista Willie Rodríguez.

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Destacó que Fernández (1919-2012), la primera mujer en cantar con una orquesta en Puerto Rico, donde comenzó su carrera profesional a los 14 años, fue parte de la lucha por eliminar el flagelo del racismo porque nunca se dejó postergar.

La cantante indicó además que eligió para el concierto sus doce temas preferidos de Fernández, como "La borrachita" de Rafael Hernández, su icónico "Gracias mundo" considerada equivalente al tema de Louis Armstrong "What a Wonderful World", o "Ponce, mi pueblo señorial", ambos compuestos por Lito Peña.

Recordó la larga relación de más de veinte años que le unió a Fernández, que le consideró la hija que nunca tuvo, según Orta, quien ha presentado dos conciertos en Puerto Rico en tributo a la artista, que también fue el primer intérprete -hombre o mujer- latinoamericano de música popular en ser contratada por el Metropolitan Opera House en Nueva York.

Fernández, con una fuerte voz de contralto, tuvo una exitosa carrera que no se limitó a los escenarios ya que también fue senadora por casi diez años, y es recordada además por los puertorriqueños y otros seguidores por su frase de "¡arriba corazones!" con la que siempre quería transmitir ánimo.

En los inicios de su carrera sufrió discriminación cuando, previo a una presentación en un hotel en Puerto Rico, le pidieron que entrara por la cocina, como hacían todos los músicos negros, a lo que se negó.

Al momento del concierto, entró por la puerta principal y caminó hacia el escenario, por el medio del salón, donde le esperaba la orquesta, recibiendo después los aplausos del público cuando le escucharon cantar.

"Su mayor legado es haber sido una mujer negra que se levantó del barrio donde nació para dar cátedra además de humildad, de sabiduría con su 'a mi no me posterga nadie'", argumentó Orta.

La artista se manifiesta orgullosa de que la cantante le haya dado la oportunidad "de poder admirarla, de vivirla de cerca, de conocer quién era en esencia. Fue una mujer que hizo mucho como cantante, empresaria, como senadora".

La carrera de Fernández, que se retiró en el 2000 de los escenarios, incluye un concierto para la estación de radio de la CBS, en un programa transmitido a todo EE.UU., su presentación en el Carnegie Hall, haber sido la primera latina del género sentimental romántico en presentarse en los países escandinavos, así como innumerables reconocimientos dentro y fuera de su país.

Según señaló en una ocasión, de todos los reconocimientos, el mas que le llenó es una partitura que el músico catalán Pablo Casals, que vivía en Puerto Rico, le escribió y dedicó en 1963, "Ven a mí".