Los momentos de alegría se comparten con la familia y los amigos, algunos más conocidos que otros. El cantautor puertorriqueño Draco Rosa celebró su vida junto con sus allegados, sus compañeros artistas –Ricky Martin, Danny Rivera, Juan Luis Guerra, Juanes, Enrique Bunbury y René Pérez,  y su público fiel anoche en el concierto Draco & Friends en el Coliseo de Puerto Rico, en Hato Rey.  

La última vez que Draco pisó este escenario era otra persona. Lucía delgado, sin cabello y débil. Era marzo de 2012, cuando se llevó a cabo el concierto Encuentro. En ese momento, el artista estaba inmerso en sus tratamientos para eliminar el cáncer de su cuerpo. En ese espectáculo, Draco compartió con Juan Luis Guerra y Rubén Blades un momento especial, pero sobre todo emotivo porque la incertidumbre rondaba por su vida.  

Anoche Draco se unió a otro grupo de compañeros de su ruta artística en el concierto Draco & Friends, que más allá de las interpretaciones de su último disco, Vida, fue un festejo.  

En esta ocasión, el público no estaba lloroso, sino feliz de verlo con energías tras superar la enfermedad. Y la cara de alegría de Draco valía un millón al reencontrarse con quienes lo apoyaron en el episodio más difícil. Sus energéticos movimientos evidenciaban su contentura, su lucimiento por estar de vuelta. Sacó hasta una foto al público y, además, bajó de la tarima para tirar otra imagen de él entre la gente. También, por momentos, su voz expresaba mucha emoción. 

A las 9:30, el recinto lleno a capacidad se oscureció para la entrada del artista, quien inició el repertorio con el potente tema Brujería. El público lo recibió con fuertes aplausos y de pie. Él saludó con un “buenas noches” y un grito de puro lucimiento. El rock and roll continuó con Lie Without a Lover y Luchar por ella perfectamente acompañado por los talentosos músicos de la Santa Orquesta Phantom Vox. 

“¿Todo bien? Buenas noches, gracias por visitarnos y permitirnos hacer música, a veces conocida y otras no, pero estamos para eso”, comentó quien parecía estar jugando por el escenario con sus movimientos como quien la está pasando súperbien.

El ganador de un Grammy Latino aprovechó para interpretar su nueva cosecha, No me preguntes, cuya letra apareció en las pantallas. Llanto subterráneo y una versión suave Música ligera -en tributo al cantautor argentino Gustavo Cerati actualmente en coma- y Blanca mujer se sumaron a las canciones. 

El primer invitado fue el cantautor dominicano Juan Luis Guerra para interpretar Esto es vida. Bailaron, se abrazaron y gozaron del especial instante que el público disfrutó con sus palmadas. Esta pieza rompió con el concierto “draconiano”, como él describió, que imperó en momentos del espectáculo. El artista se refería a los temas nuevos como Quiero vivir y a los arreglos nuevos de sus éxitos como en Como me acuerdo. 

Luego, le tocó el turno “mi inspiración, mi gran amigo y mi hermano”, el cantautor español Enrique Bunbury en Obra de arte. Pero el coliseo se estremeció con uno de los “pocos hombres que me ha visto llorar”, dijo Draco, al referirse al cantautor colombiano Juanes, quien cantó Roto por ti. De Juanes resaltó su lado espiritual, esencial en esta etapa del boricua.  

Cuando apareció Ricky Martin, entonces sí se quería caer el recinto. Una vez más, los artistas unieron sus voces en Más y más. Draco destacó las risas y vivencias que compartieron en el grupo Menudo. Como si fueran chicos, ambos hicieron monerías en la tarima. El emotivo cierre de la canción contó con un abrazo fuerte, apretones de manos, palabras al oído y un tierno beso de Ricky en la mano de Draco. 

La entrada a la tarima de René Pérez alborotó al público con la interpretación de Madre tierra. “Un aplauso para el Draco”, dijo Residente, quien desplegó la bandera y gritó: “Una sola bandera, una sola estrella, que viva Puerto Rico”. “Todos somos la misma sangre y estamos aquí. Te quiero, cabr…”. 

Al filo de las 12:00 de la medianoche, el cierre estaría a cargo de Danny Rivera con el tema Reza por mí. 

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