La trayectoria del cantante puertorriqueño Gilbertito Santa Rosa habla por sí sola.

Nacido el 21 de agosto de 1962 y tras haber participado en su primera grabación profesional como cantante a los 14 años con la orquesta del maestro Mario Ortiz, Santa Rosa no ha parado de cantar, sea como vocalista de variadas orquestas del patio, esto incluyendo la suya propia a partir de 1986, y más tarde, como solista a partir del 1995.

Es decir que hasta el sol de hoy suman alrededor de 48 años en su profesión como cantante, una carrera que lo ha llevado a vender millones de discos y con la que ha ganado seis premios Grammy. Santa Rosa se ha destacado como cantante de salsa, bolerista y baladista en su paso por el mundo artístico.

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Mañana, Gilbertito cantará en Puerto Rico, en el concierto “Auténtico” en el Coliseo José Miguel Agrelot desde las 8:30 p.m., en lo que será su primera presentación masiva en su Isla en dos años. Con él, de cara a su concierto, Primera Hora conversó sobre varios temas en una especie de ‘Conteo regresivo’ y el veterano salsero puso ‘Las cartas sobre la mesa’.

10. Di esto, que te canto a todo el mundo

Has tenido la oportunidad de estar en tarima con uno de los mejores soneros improvisadores del mundo, el cubano Cándido Fabré (en Francia y Estados Unidos).

Tenía un maestro al frente mío y para mí definitivamente uno de los mejores improvisadores que he conocido. Fabré se autoimpuso una manera muy difícil de hacer la improvisación, el rima cada línea que tira. Yo tengo una manera distinta de improvisar, con base en la décima Espinela. El día que me invito a subir en Francia tuve que ajustarme a él y a su estilo. Lo he estudiado, a él y a otros más. Es un tipo muy interesante en su estilo, en su manera de crear ideas. Cuando canto con él me tengo que ir un tanto con su estilo, detrás de él para no deslucir (ríe) y poder sacar los colores de la bandera a flote. Pero, Fabré es un gran improvisador con un estilo único.

Entre su gente es sencillamente Gilbertito y no deja de sorprenderle el cariño que le profesan quienes lo recuerdan como el que veían de joven en las fiestas patronales, quien cantó en una boda, en su baile de graduación, en la fiesta del barrio.
Entre su gente es sencillamente Gilbertito y no deja de sorprenderle el cariño que le profesan quienes lo recuerdan como el que veían de joven en las fiestas patronales, quien cantó en una boda, en su baile de graduación, en la fiesta del barrio. (Ramon "Tonito" Zayas)

9. No he venido a casa en casi un mes

Practicar deportes como que no va contigo...

“Soy malísimo. Mira, una vez fuimos a jugar baloncesto algunos artistas. Y yo dije, bueno, esto no es lo mío, pero noté que Eddie Palmieri nunca había visto de cerca una bola de baloncesto, que Paquito D’Rivera en su vida había jugado y entonces como que cogí confianza. Dije, “aquí hay más malos que yo”… y entonces tiré una bola al canasto y cuando vengo corriendo hacia atrás me enredé en los pies y me di una matá en la cancha, pero imagínate, Dios mío que vergüenza. Un amigo lo estaba grabando, eso fue peor. Tengo una foto de ese asunto que nadie verá jamás...

8. O chocas con la verdad o finges

En mayo de 1981 entraste como ‘prepa’ a estudiar a la Universidad de Puerto Rico y no terminaste el semestre.

En mi primer semestre comenzó la huelga del 1981. Hice una semana de clases y eso fue todo. No duré mucho y arranqué y me fui a la Universidad del Sagrado Corazón. Ya yo estaba de lleno en el negocio de la música, era cantante de orquesta de Willie Rosario. En realidad se me hizo muy fuerte eso de trabajar y estudiar, hay gente que lo logra y yo los aplaudo. Pero en mi caso era duro, llegaba de los bailes de madrugada, dormía unas horas en el estacionamiento antes de entrar a los salones, en realidad dormía muy poco. Tenía 19 años y, sí, se ganaba buen dinero, aunque eran otros tiempos. Pero ya era un hombre de familia, estaba casado, tenía una casa y una hija. No me llevé un bachillerato universitario, pero me llevé uno de la calle. Pero, puedo decir que la música ha sido muy buena conmigo.

7. Si he tenido fallas, tú también

Si fueras a hacer un disco con tus cantantes salseros favoritos de 10 canciones...

Tendrían que estar Andy Montañez. Sigo con Pellín Rodríguez y grabo Arrebatora; de Cheo Feliciano el tema Esto es el guaguancó, Justo Betancourt y Belén, Chamaco Ramírez y Si estás herido, Rubén Blades y La marea, Ismael Rivera y el tema Comedia, Héctor Lavoe y Paraíso de dulzura, Ismael Quintana con Mai Biandita y de Ismael Miranda con Así se compone un son.

6. Se hizo tarde para ser felices

Tus padres, ¿siempre te apoyaron para que fueras cantante?

Mis padres fueron vitales en mi carrera. Todo el mundo me pregunta sobre qué disco o concierto, o qué cosa ha sido lo más especial en mi carrera, y no tiene nada que ver con eso. Mi momento más importante fue cuando mis padres me dieron la bendición para hacer esto. Porque yo, conociéndome en aquella época, me hubiera tardado un poco más en dedicarme a esto por no ofenderlos si ellos no hubiesen estado de acuerdo. Pero, yo quería ser cantante y entonces cuando llegó la hora de tomar esa decisión, ya se acercaba la fecha de mi graduación de cuarto año, y recuerdo que una mañana mis padres me hablaron y me dijeron que me iban a poyar en todo lo que yo quisiera hacer, en cuanto fuese algo de bien.

5. Sin comentarios, yo lo sé

Eras un adolescente cuando fuiste por vez primera a Nueva York a grabar un disco con el maestro Elías Lopés. ¿Tus padres tuvieron reparos?

No fue una decisión fácil para ellos, sobre todo con doña Ana María (madre) presionando a mi papá. Pero, debo decir que Elías era un señor tan serio y sano que se ganó enseguida la confianza de mis padres. Elías fue prácticamente mi tutor y yo pude ver y conocer ese mundo inicialmente gracias a la mano de él. Pero, la historia buena es que cuando llegué a Nueva York, ese primer fin de semana mi mamá obligó a mi papá a que fuera a visitarme. Mi papá estaba haciendo un trabajo en Connecticut y hasta Nueva York llegó. Yo pensaba, ‘pero qué hace mi papá aquí. Ya yo soy un hombre’. Eso me ponía un poco incómodo, pero siempre le agradezco ese detalle. Es que a veces la adolescencia es temeraria y era una época muy dura la que se vivía en este tiempo en la música, sobre todo en Nueva York.

4. Cuatro mil razones hoy nos sobran

¿Qué puedes contar brevemente de esa primera vez que fuiste a grabar a Nueva York en el 1977?

Fuimos a eso, a grabar y lo hicimos, pero también pudimos tocar en dos bailes ya que el promotor que nos llevó nos consiguió algunas fechas. Como dije, de la mano de Elías tuve acceso a ciertos lugares y clubes de bailes, y por ejemplo, en esa primera semana conocí a Tito Puente, Charlie Palmieri, Vitín Avilés, Meñique, Ismael Quintana y otros. Como que empecé a codearme con ellos, una experiencia tremenda. Elías me llevaba allí para que yo viera. Me gocé esas semanas; fui a Nueva York no a ver la Estatua de la Libertad ni el Empire State Building, yo fui a los clubes, a ver cantantes y a bailes. Toda una escuela.

3. Para terminar con este estrés

Estuviste casado con Nélida Acevedo, madre de tus hijos, y actualmente con Alexandra Malagón, ambas con carreras profesionales en el mundo de las comunicaciones.

Nélida Acevedo, mis respetos para ella. Cuando decidí y sentí en 1986 que tenía que desarrollar un proyecto nuevo con mi propia orquesta, la industria entera pensaba que no era bueno. La orquesta de Willie Rosario estaba muy bien, pero yo sentía que necesitaba un cambio, de ambiente, de trabajo. Y con la primera que toqué base y hablé fue con mi esposa de entonces. Ya mi hija había nacido y Nélida estaba a la espera de tener su primer hijo varón. Le hablé de mi idea. Yo tenía que poner la casa como garantía para este proyecto, y ella me dijo que le diera pa’ lante. Tuvo esa confianza desde principio. Recuerdo cuando estaba en funciones administrativas, buscando contratos, tenía mi primera agenda, un almanaque de esos que dan en una funeraria, y yo ‘fajao’ allí, haciendo mis apuntes y me estaba volviendo loco. Un día Nélida me dijo, mira déjame eso a mí, y vete tú a la calle a defender tu proyecto. Yo estaba buscándome la vida y ella se encargó de todo ese aspecto administrativo, de oficina, y salimos adelante. Por eso le tengo mucho agradecimiento, es una mujer seria, muy organizada y trabajadora.

Sobre Alex (Alexandra) ya lo de ella hoy día en mi carrera es más de inspiración. Ella no se mete directamente en mi carrera ni yo en la de ella. Ella, por ejemplo, no pertenece al grupo de manejo de mi carrera. Le tengo mucha admiración porque es una mujer muy emprendedora. Le digo en son de broma que ella es la reina de no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy y yo soy el rey de por qué hacer hoy lo que se puede hacer mañana o pasado mañana. Alex tiene una vida muy organizada y es muy trabajadora y seria. Ambos cuando nos juntamos ya teníamos nuestras carreras, ya había una etapa de madurez. He aprendido mucho de ella en ese aspecto. Claro, nosotros nos hablamos cuando hay que tomar decisiones, le puedo preguntar qué harías en este caso, si fuera con tú trabajo y ella me puede preguntar lo mismo, en esa línea. Conversamos, por ejemplo, ella es actriz, si yo voy trabajar algo de teatro, pues es con ella que ensayo, practico, me da sus consejos. Tenemos una carrera y cada uno tiene su espacio y su paso, con mucho respeto.

2. Dosis de amor hacían falta

Hay temas icónicos en los que destaca algún personaje protagonista como Pablo Pueblo, Pedro Navaja, Máximo Chamorro, entre otros. Curiosamente en tu repertorio no existe o no ha pegado un tema así.

Eso no lo tengo. La canción icónica mía es Conciencia, que la gente me la recuerda y la usa en refranes y eso, pero cuando estaba empezando a sonar comenzaban a salir esos personajes en los temas y yo dije, ‘si me pongo a crear un personaje ahora la gente puede decir que me estoy copiando’, o lo que fuera. Y además la mayoría de las canciones que yo canto son románticas y honestamente nunca pensé en eso. Hay muy buenas canciones y muchos personajes, pero no he encontrado el mío todavía.

1. Pero ninguno, cedió

La gente va a los conciertos y muchos cantan contigo tus canciones. Uno podría decir que en vez de ir a verte, van a acompañarte.

Eso es parte de la diversión. Algunas canciones tengo que cantarlas como las grabé para que la gente no se me pierda. Podría decir que en los últimos 15 años paso la mayor parte de mi tiempo fuera de Puerto Rico, mi carrera es internacional, pero cuando comenzaba y cantaba mucho en Puerto Rico; no había un barrio, comunidad, una calle de algún pueblo de la Isla que yo no conociera. Toqué mucho en Puerto Rico y me impresiona que para toda esa gente no he dejado de ser Gilbertito, el que tocaba en sus fiestas patronales, bodas y otras actividades. Venir a cantar en el Coliseo y ver a toda esa gente cantando mis canciones, con esa energía, que se sepan las letras, que te cuenten que le pasan cosas con mis canciones, eso me impresiona. Una señora me dijo un día, ‘yo creo que usted es brujo, porque cada vez que yo estoy pasando por una situación en la vida, usted me lo canta’. Ese tipo de cosas me impresiona mucho.