En 1962 fundó la “Universidad de la Salsa”. Ahora cuenta con un doctorado de honor.

El músico Rafael Ithier no pudo evitar emocionarse al recibir hoy el grado Doctor Honoris Causa en Estudios Generales que le otorgó la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, durante la ceremonia de distinciones efectuada en el teatro de la institución. Lo recibió en el mismo centro docente donde alguna vez aspiró a estudiar administración, antes de que el llamado musical lo dirigiera por otros rumbos.

Ilusionado con su birrete y su toga, el “Mulato Mayor” agradeció entre ovaciones, música, recuerdos y su habitual sentido del humor, el reconocimiento por su legado como creador de El Gran Combo de Puerto Rico.

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“Hace 41 años, para allá para el año 1983, tuve el privilegio de posar con mis compañeros de El Gran Combo de Puerto Rico para la foto de la carátula del nuestro disco La Universidad de la Salsa. Quién me iba a decir que, tantos años después, la Universidad de Puerto Rico me entregaría esta distinción, la cual comparto con mis compañeros de trabajo en estos 62 años de existencia, y por la cual reitero mi gratitud a nombre de los que están y también de los que se han ido”, dijo el director de los “Mulatos del Sabor”, agrupación responsable de numerosos éxitos que incluyen Sin salsa no hay paraíso, Ojitos chinos, Y no hago más na’, Timbalero y Brujería.

El veterano músico y fundador de El Gran Combo de Puerto Rico recibió hoy el grado Doctor Honoris Causa de la Facultad en Estudios Generales que le otorgó la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.

Lo recibo con gran humildad y respeto porque procede de la institución académica que más prestigio y honor le ha dado a este país”, destacó como parte de su discurso, delante de sus hijas. Entre el público se sumaron los aplausos de los integrantes de El Gran Combo de Puerto Rico, quienes continuamente vitorearon con entusiasmo su logro.

“Me hace sumamente feliz que sea la Universidad de Puerto Rico la que reconozca y valore el trabajo que he realizado en tantos años, y quiero que sepan que lo he realizado con mucho orgullo, porque cada vez que he subido a un escenario a interpretar la música, he sentido que estoy representando a Puerto Rico, y no hay orgullo mayor y satisfacción que representar a Puerto Rico en tantos lugares y alrededor del mundo”, dijo.

“Este reconocimiento y acto de tanta generosidad lo llevaré por siempre en mi corazón”, reiteró sobre el título honorífico universitario.

El Dr. Carlos Javier Sánchez Zambrana, decano de la Facultad de Estudios Generales, estuvo a cargo de la semblanza de Ithier, a quien describió como “eminencia del sabor y del saber”.

“Hoy la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, en reconocimiento a tales contribuciones significativas de la salsa y la cultura popular del Caribe, distingue a uno de nuestros artistas nítidamente responsable del vigor, trascendencia y valor cultural de este movimiento social”.

Durante la ceremonia de distinciones, también se le otorgó el grado Honoris Causa en Ciencias Naturales a la educadora y química Nadia Cordero Antuñano. Además, se reconocieron a la Dra. Josefina Arce Quiñones y al Dr. Osvaldo Rosario López como Profesores Eméritos de la Facultad de Ciencias Naturales.

“No tuve esa oportunidad”

En un camerino del teatro, aguardando los minutos para el inicio de la ceremonia, el director musical resaltó una y otra vez sentir una gran emoción por la distinción. Jamás vistió una toga, confesó. La primera vez se dio para esta ocasión, a sus 97 años, reveló con gran orgullo y una amplia sonrisa.

“Nunca me había puesto una toga ni un birrete en la vida, nunca”, afirmó a Primera Hora, y valoró vivir la experiencia de la distinción.

“Quiero darle las gracias al pueblo de Puerto Rico, especialmente, a mis compañeros y a la universidad, porque me han dado este reconocimiento en vida, porque ya cuando uno se muere… pero en vida lo estoy recibiendo”, manifestó con ilusión.

El también arreglista y compositor compartió que le hubiera gustado cursar estudios universitarios.

“Yo no tuve esa oportunidad. Yo nací en una época que era difícil hacer universidad. Pero, de cualquier manera, tuve la intención, pero no se pudo lograr. Yo quería ser CPA (contador público autorizado). A mí me gustan los números”.

La vida lo llevó a demostrar su talento administrativo como líder de una agrupación con un legado musical y cultural de peso. Pero Don Rafael no se deja nublar por su título de director. “Yo soy compañero de ellos, porque alguien tiene que ser el líder, entonces soy yo. Pero me considero un compañero de ellos”, dijo con firmeza, y agradeció su apoyo. “Me siento muy feliz de tener muy buenos compañeros, y han sido conmigo muy lenientes, porque yo a veces me pongo difícil (ríe), pero definitivamente, pienso que estoy en un grupo de compañeros que son muy buenos y estoy muy contento con ellos”.