Los últimos deseos de Lucy Fabery se cumplieron hoy, viernes, cuando la llamada reina del filin fue sepultada en el panteón de su madre, en el antiguo cementerio de su pueblo natal, Humacao.

La sencillez que pidió en vida la vocalista no fue impedimento para que decenas de amigos, familiares y admiradores la despidieran en un acto que sirvió para resaltar sus virtudes como artista, así como sus bondades como ser humano, un honor que, insistieron, era más que merecido.

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De pie y con un sonoro aplauso recibieron el féretro plateado con el cuerpo de la cantante que falleció el pasado miércoles en San Juan, a los 84 años, por complicaciones de salud, tras sufrir un derrame cerebral en diciembre.

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Luego, la Centenaria Banda Municipal de Humacao interpretó el himno de la ciudad, como también ella lo reclamó en vida.

El músico Humberto Ramírez, con quien Fabery grabó el disco “Sentimentales”, que fue nominado a un Grammy en 2013, en la categoría de Mejor Álbum Tropical, celebró la vigencia de la carrera de la interprete humacaeña.

“Esa señora, que su cuerpo está aquí y que estamos despidiendo hoy aquí, es una figura de un valor incalculable en la historia musical puertorriqueña y de Latinoamérica”, dijo el trompetista al destacar la disciplina, perfeccionismo, respeto y orgullo con el que Lucy asumió su vocación artística.

“No todos los intérpretes y músicos tienen una carrera tan larga, hasta los 84 años. Es admirable”, apuntó.

Así coincidió Javier Santiago, director de la Fundación Nacional para la Cultura Popular, quien destacó que la cantante fue ejemplo de que la vida no se acaba después de los 50 años, ni con el retiro de un trabajo. “Lucy estuvo prácticamente hasta diciembre con su cualidad y su calidad vocal de excelencia. Lo demás es historia”, resaltó.

Para Choco Orta, otra de las artistas que acudió a despedir a Fabery, “La muñeca de chocolate”, destacó que como cantante negra fue “punta de lanza” para abrir paso en los escenarios a otras intérpretes.

“Lucy Fabery para mí significa una oportunidad. En la época en que ella se desarrolla, con tantas dificultades para actuar, para cantar en los locales, se abrió paso hasta los últimos días. En esta generación de mujeres grandes como Ruth Fernández, Carmita Jiménez… Lucy cierra el círculo hermoso de esa generación que nos pasa el batón generacional”, dijo Orta al expresar su agradecimiento por haber podido compartir escenario con ella. 

El periodista y amigo de la cantante, Luis Ernesto Berríos, dejó saber que antes de morir, Lucy Fabery se llevó la alegría de la promesa que hiciera el alcalde de Humacao, Marcelo Trujillo, de designar con su nombre la calle donde la diva de la música tropical romántica se crió. Trujillo también anticipó que erigirá una escultura en su honor.

“Sepan que Lucy no estará físicamente para verlo, pero lo vivió antes de morir y se fue con una sonrisa y un agradecimiento”, contó Berríos.

La despedida final en el sepelio también estuvo a cargo de la Centenaria Banda Municipal de Humacao.

En el sepelio también estuvieron presentes, Elizabeth Zayas, Miss Puerto Rico 1976; la actriz Von Marie Méndez, las hermanas Zenaida y Zoraida Beveraggi, Osvaldo Gil Bosch y José Juan Piñero, conocido en el mundo artístico como Pijuán, entre otros artistas, amigos y allegados de la cantante.

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