Cuando se le solicitó a la periodista Janet Pérez Brito esta entrevista, dudó. Temía darle rostro a esa voz que todas las mañanas alivia –y para otros, atormenta– la ruta a la escuela, al trabajo o a la casa, con su peculiar informe del tránsito.

Pero el deseo y su propia curiosidad por exponer su físico a los radioescuchas pudieron más que cualquier miedo, y accedió.

A las 11:00 de la mañana de ayer, la integrante del espacio Temprano en la mañana, de WKAQ 580 (Univisión Radio), esperaba impecable en su cabina para mostrar algo más de la alegre personalidad que transmite a través de la radio.

El saludo no faltó. “¡Hola, qué tallllllll!”.

Janet Pérez Brito trabaja en la emisora hace 15 años, pero hace tres que su nombre comenzó a sonar y a resonar por la entonación, las frases (la mayoría de ellas espontáneas) y hasta los consejos con los que adorna sus intervenciones.

“Cuando comenzó Temprano en la mañana, fue que me asignaron el informe del tránsito y al principio decía: ‘¡Wow! ¿Y ahora qué?’. Entonces, gracias a mis compañeros, me fueron indicando las cositas que les gustaban y, a Dios, porque es el que me ilumina, es el centro de mi vida”, detalló la compañera del locutor Fernando Pérez González y el periodista Rubén Sánchez.

Así, la madre de Sharlene, de 21 años, Shalimar, de 19, y Shanet, de 16, ha logrado una fórmula optimista e informativa que les gusta a muchos y les desagrada a otros tantos.

“Las noticias hard se las dejo allá a mis compañeros de los titulares y a Rubén Sánchez con La gran noticia de la hora, pero a la hora del tránsito hay que cortar y hay que darle a la gente un oasis para que lleguen al trabajo más relajados”, apuntó Pérez Brito, quien es oriunda de la República Dominicana y residente en la Isla desde hace 34 años.

La comunicadora, también famosa entre sus colegas por su café con canela, se ríe de las críticas negativas a su estilo, pues el tiempo le ha demostrado que terminan queriéndola.

“A los que no les gusta, tengo que decirles que, lamentablemente, eso es lo que trajo el barco, pero poco a poco me van a querer, porque he tenido unos cuantos que a la larga me quieren un poquito, es cuestión de acostumbrarse y cambiar la mentalidad, porque no puede estar uno todo el tiempo quejándose”, puntualizó.