Me consta que ayer muchas emisoras radiales le dedicaron un tiempito a Luis Raúl durante su programación. Cada una de ellas le hizo un homenaje a su manera. Se merecía eso y mucho más.

Cuando se supo la noticia de su inesperada partida, los colegas del mundo del entretenimiento que tuvieron la oportunidad de trabajar con él destacaron, entre muchas cosas, su capacidad para la improvisación.

En radio no fue la excepción.

Los que escuchaban la desaparecida radioemisora de baladas Sistema 102, en la banda FM, quizá recordarán el programa Arranca en fa, el cual de alguna forma reunió a Silverio Pérez, Lourdes Collazo y Luis Raúl nuevamente después de la exitosa propuesta televisiva ¿Qué es lo que pasa aquí? ...¡ah!, que emitía Wapa Televisión.

Luis Raúl no era muy diferente en radio a lo que era en televisión. Su chispa y su espontaneidad a través de la pantalla chica era tan contagiosa como la que transmitía en la radio.

Luisra, como le decían sus allegados, era el hijo pródigo de Silverio, así que cuando el humortivador abandonó ese programa radial, sintió que en mejores manos no podía estar.

Pero el maestro del stand-up comedy no solo se escuchó en Sistema 102. A decir verdad, se paseó por casi todos los espacios radiales matutinos, pero en calidad de invitado.

Luis Raúl era de todos, así que no era de extrañarse que pensaran en él como primera opción cuando necesitaban a un animador invitado.

¿Lo mejor de todo? Que se acoplaba al estilo del programa y a su contraparte tan pronto se encendía ese micrófono.

Luis Raúl dejó inconclusos muchos proyectos, entre ellos uno de cine, pero igual pienso que, si en su “lista de metas” hubiese figurado otro proyecto de radio, no tengo la menor duda de que este hubiese sido tan espontáneo, genuino y alegre como él. De verdad que hará mucha, pero que mucha falta. Descansa en paz, amigo.

Recordamos al comediante ponceño a 10 años de su fallecimiento.