La nueva reina Miss Puerto Rico Teen 2014, Adriana Luna, tiene sus metas bien definidas. Pues, no solo tiene el compromiso de labor comunitaria al ser misionera, sino que también lo tiene por los animales al estudiar veterinaria.

Oriunda de San Sebastián, la beldad boricua de 18 años, que estudia su primer año en  biología en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras ganó el cetro el pasado domingo en el Centro de Bellas Artes de Guaynabo, donde resultó primera finalista Miss Utuado, Karla Torres; segunda Miss Arroyo, Lissette Santiago; tercera Miss Canóvana Alanys Portalatin, y cuarta Miss  Cataño, Nieveliz González.

Adriana Luna, quien describe esta  primera  experiencia en un concurso de belleza como un reto de mucho sacrificio y dedicación, brilló con su respuesta a la pregunta final que le mereció la corona.

La pregunta que tuvo que responder  la joven en la noche final fue la siguiente: ¿Cuáles son las  cualidades de un buen comunicador? A continuación su respuesta: “Un buen comunicador tiene que aprender a escuchar a las personas que lo rodean para poder llevar ese mensaje  paciente, comprensivo   y respetuoso hacia los ideales de las personas que lo rodean. Y  que no imponga su mensaje”.

En cuanto al rol de misionera, cuenta que desde los 13 años de edad viaja a Colombia y República Dominicana junto con un gupo de 20 estudiantes que, al igual que ella, tienen el compromiso de trabajar en comunidades necesitadas al ser arropadas por la pobreza.

“Mi misión  es continuar ayudando a los necesitados como a los jóvenes y ancianos. No valoramos a nuestros abuelitos  que muchas veces se sienten solos. Quiero también  ayudar a los deambulantes. Quiero ser una reina  que pueda trabajar todas las plataformas  como la de los pacientes de cáncer, jóvenes que son víctimas de bullying, etc”, sostiene en entrevista con Primera Hora.

Para la ganadora que mide 5’2” y pesa 105 libras,  la experiencia fue una tarea sacrificada llena de mucho esfuerzo para el que contó con el respaldo incondicional de su familia.

“Fue fuerte,  pero no imposible. Gracias a Dios aquí me encuentro con la corona. Fue difícil, pero se pudo”, reitera.

De sus compañeras en esta competencia, cuenta que no hubo roces ni problemas entre ellas, sino todo lo contrario por lo bien que se llevaron en general. “Gracias a Dios  fue un ambiente de  unión,  apoyo y de familia”, dice. 

“Encuentro que gané porque apliqué todos los conocimientos que me brindaron y pude  aplicarlo a mi personalidad”, expone con simpatía.