La puertorriqueña Génesis Dávila, quien logró posicionarse entre las cinco finalistas del certamen Miss USA que se celebró la semana pasada en Louisiana, procesa no solo la realidad de que no logró coronarse para aspirar a convertirse en Miss Universe 2018, sino también el hecho de tener que decirle adiós de manera definitiva a los concursos de belleza. 

“Estaba un poco triste porque me hubiese gustado llegar a ganar, obviamente. Esa era la meta. Estuve nerviosa en todo momento desde que nosotros pisamos tarima. Llevo cinco años haciendo esto de los certámenes y en verdad nunca había experimentado algo así. Pero antes de yo estar entre las cinco finalistas yo había tenido una conversación conmigo misma y yo decía, ‘que Dios me ponga donde me tenga que poner’, y siempre digo que la corona se quede en la cabeza que le pertenezca”, confesó la beldad en entrevista telefónica desde Miami, Florida. 

“Pero pienso que mientras más rápido uno deje ir las cosas, y entienda que todo pasa por un propósito, uno puede ver su próxima bendición. Me cogí un tiempo libre para descansar, comer y analizar todo lo que pasó y ver cuál es mi próximo paso”, agregó la reina de belleza, quien manifestó sentirse agotada tras diez días consecutivos de preparación con 12 horas de ensayo como parte del proceso de competencia.

“Mi meta era ser Miss Universo. Para mí era importante porque hace dos años yo no veía la posibilidad de participar en otros certámenes debido a lo que me pasó (en 2016 fue destituida de su título de Miss Florida USA). Pero terminó la etapa. He hecho una buena representación a nivel de los certámenes y ya es algo que, aunque me gustaría seguir haciéndolo porque siento que estoy en la mejor etapa de mi vida, no puedo seguir porque ya no cumplo con uno de los requisitos, que es la edad”, lamenta la reina de belleza de 27 años, quien quedó como primera finalista en Miss Intercontinental 2012, primera finalista en Miss Universe Puerto Rico 2013, y se coronó como Miss Mundo de Puerto Rico 2014.

La modelo también reflexiona sobre otra de sus motivaciones en la ilusión de resultar ganadora. “Como mujer afrolatina me hubiese gustado ser una representación en Estados Unidos para la comunidad hispana y todas esas chicas pequeñas que me estaban viendo. Pienso que eso es algo muy importante, que la gente pueda ver que los Estados Unidos es una nación muy diversa y que hay de todo un poco”. 

Respecto a Miss USA 2018, Sarah Rose Summers, de Nebraska, Dávila solo tuvo palabras de elogio. “Ella y yo tuvimos la misma chaperona. Éramos cuatro por chaperona. Éramos bastante cercanas dentro de la competencia. Es una chica muy inteligente, con una personalidad muy única. Se daba a querer”.

Humillante

Uno de los episodios más amargos que la reina de belleza ha tenido que enfrentar fue ser despojada de su corona de Miss Florida USA en 2016. Aunque logró una compensación económica como resultado de la demanda que sometió, todavía resiente aquella experiencia.

“Fue un proceso bien humillante para mí porque, primero, yo había trabajado tanto por algo y a la hora de poder expresarme, no pude porque había una litigación de por medio. Y segundo, no siento que fueron justos conmigo del trato que se me dio sobre cómo surgió la situación de ser destronada. Estuve un poco triste y deprimida por todo lo que estaba pasando. Había muchas cosas que no estaban dentro de mi control. Pero gracias a Dios tengo amistades y mi familia que siempre estuvieron ahí apoyándome. Sin ellos no hubiese podido pasar esa etapa tan difícil. Pero algo me enseñó ese proceso, y es que yo soy una mujer fuerte y determinada”.

Tras la dura experiencia, competir nuevamente y resultar vencedora como Miss Florida 2017 representó un doble triunfo. “La palabra que describe eso es reivindicación”, analiza Dávila, quien ahora contempla dedicar más tiempo a la ayuda humanitaria ya que “me sensibiliza un poco y me hace tocar un poco más la tierra saber que soy bien afortunada de tener las cosas que tengo”.