Volvió la pollina, llegó la queratina y se fue el permanente. A todo eso sobrevive el ‘beauty’ de marquesina, donde se cultivan amistades, rivalidades, chismes y amores.

En este icónico lugar de la sociedad puertorriqueña se desarrolla la comedia Las chicas del beauty, que vuelve a escena el 15 de agosto en el Centro de Bellas Artes de Santurce, con el talento de Marilyn Pupo, Magali Carrasquillo, Noelia Crespo, Sonya Cortés, Wanda Sais y –como el Ave María– Rafael José.

Y, tal como los salones de belleza de marquesina, también esta obra de Roberto Ramos Perea ha sobrevivido las modas, pues es al menos la cuarta vez que sube a escena, con un libreto fresco que incorpora lo más reciente del acontecer político y social, según expresó el elenco en una conferencia de prensa celebrada en San Patricio Plaza, en Guaynabo.

“Aunque la obra ya se ha puesto, ustedes saben que los políticos siempre nos dan libreto”, dijo Noelia Crespo, quien encarna a “Amelia, una penepé azul, azul, azul”, a quien no le entra el inglés y que además choca con la dueña del “Carmela’s Biuti and Estetíc” (Pupo).

“Tengo encontronazos porque yo le conseguí unos guisitos a Carmela cuando estábamos en el poder y ahora me está traicionado. Yo soy la comisaria de barrio del precinto 3”, resumió Crespo en voz de su personaje.

Pero la verdadera némesis de “Amelia” es “Sarah”, quien - por supuesto – es popular.

“Sarah es una mujer de clase alta, acomodada. Alega tener unas influencias muy importantes y le hace el cuento a Carmela de que le va a conseguir un buen guiso en el gobierno. A cuenta de eso no paga ¡nunca!”, contó Carrasquillo, al tiempo que adelantó que su personaje tiene motivaciones ocultas que solo descubrirán quienes asistan a ver la obra.

Mientras, Cortés celebró que con este preciso título se estrenó como actriz hace 14 años.

“Mariita no se parece a mí en nada. Es un reto en mi vida. Pero hay una gran similitud en el aspecto de la espiritualidad, de que creemos en el ser supremo, en lo de estar repartiendo bendiciones”, manifestó la también locutora.

“Mi personaje es inocente y curioso a la vez, un poco disparatera y eso hace que sea una ‘beautician’ graciosa”, expresó.

“Yo soy un poco vanidosa y Mariita ni se saca las cejas”, contrastó sobre la trasformación física a la que se somete para dar vida a su personaje de fe evangélica.

El objeto del deseo de la confundida Mariita es “Tony”, el personaje que encarna Rafael José, un técnico de estilismo de poca escolaridad.

“Tony sueña con ser actor de cine puertorriqueño. Es bien floripondio. En un momento estuvo diseñado e inspirado en un personaje como ‘Guille’, del compañero Víctor Alicea”, explicó el cantante sobre este “pipiolo trasnocha’o”.

“Pero las cosas han cambiado, y Tony tiene muchas posturas sobre los derechos de la gente gay, porque él no es ese tipo de personaje cliché de cómo es una persona gay”, elaboró.

“Mariita y Tony son como el alivio cómico cuando se pueda poner un poquito densa la situación, nosotros salimos con algo y se aliviana”.

Por su parte, Wanda Saís es "Charito", la hija de "Carmela" y quien - con mucho esfuerzo propio y de su madre - se graduó como abogada.

Su relación sentimental con un hombre casado y acosador incorpora a la trama los temas de la violencia de género y la solidaridad femenina.

Risa y reflexión

“La pieza es una celebración del apoyo, de la amistad, a pesar de las diferencias políticas, sociales, algo que en Puerto Rico nos separa innecesariamente”, manifestó Carrasquillo, para quien este taller cobra un significado especial, ya que la reúne sobre las tablas con Rafael José, el padre de su multitalentoso hijo Juan Pablo Díaz.

“Roberto (Ramos Perea) puede hacer estas comedias que a la vez reflejan las cosas por las que más se discuten en la vida, en el mundo: la religión, la orientación social, la política, las relaciones interpersonales y, sin embargo, somos las chicas del beauty”, resumió Pupo sobre los distintos niveles en los que se puede disfrutar de la obra de Producciones Tamima.

Y estas reflexiones sobre el fanatismo y el afán de mantener las apariencias a toda costa, no le quitan ni un ápice de humor a esta propuesta, aseguró.

“Los primeros días de ensayo el director (Ramos Perea) tenía que decirnos ‘cuando acaben de reírse, seguimos’”, compartió la veterana actriz.

“Ahora tenemos que jugar con el séptimo personaje que va a ser el público.”, acotó Rafael José sobre el desafío de honrar el eslogan de la obra: “Una carcajada en cada línea”.