En un juego erótico de poder y sumisión entre un hombre y una mujer, el escenario ideal es que los protagonistas se tengan confianza.

Esa fue una de las ventajas de los actores Alfonsina Molinari y Jorge Castro, quienes comparten una relación sentimental. La pareja interpreta a “Thomas” y “Vanda” en la pieza Venus en piel, que sube a escena este fin de semana y el próximo en el Centro de Bellas Artes de San Juan. Las funciones serán viernes y sábado, a las 9:00 de la noche, y el domingo, a las 6:00 de la tarde.

Pero también la interpretación de este sensual texto de David Ives se volvió por momentos en un espacio “raro” al ser dirigidos por el padre de la actriz, José Gilberto Molinari. No obstante, la madurez y el profesionalismo se impusieron en este trabajo, coincidieron los actores.

“Te mentiría si te dijera que nunca me preocupó cómo sería. Conozco el trabajo de mi padre, como actriz a los 13 años y como asistente de él en una ópera, pero no estaba segura de cómo se llevaría a cabo esto por el tema de la obra y porque estaría trabajando con mi pareja. Pero tenemos la madurez y, para mí, era importante que él regresara al teatro. Eso sopesó más que el miedo y la preocupación. Estamos a punto de estrenar y la hemos pasado muy bien”, comentó Alfonsina Molinari.

Cuando la actriz hace referencia al contenido de la pieza, se refiere a que los personajes exploran temas como el sadomasoquismo, el poder, la pasión y el amor.

El galardonado montaje se centra en la figura de un director, “Thomas”, quien está realizando audiciones en busca de la protagonista de la adaptación teatral de la novela de 1870, Venus en piel. Por tanto, el tema del sadomasoquismo se trabaja desde el punto de vista que prevalecía en el siglo XIX y no como se define en la actualidad.

“Al principio, había un poco de pachó en las partes más sensuales de la obra, pero somos profesionales y había que hacer el trabajo”, dijo el animador de Juntos y revueltos.

“Lo que sí se convirtió en un reto fueron las transiciones de los personajes. En la pieza, ella es actriz y yo, el director, entonces, nos metemos a interpretar a otros personajes. Es una obra dentro de otra obra. Que la gente sepa identificar cuándo se dan esas transiciones es lo interesante. Y más interesante cuando la actriz y el director cuelan algo de ellos en los personajes que están interpretando”, explicó el artista, quien es un admirador del trabajo del director Molinari desde que cursaba estudios universitarios.

La hija de la veterana actriz Johanna Rosaly coincidió en el desafío que representó el desdoblaje en escena. “Realmente, es un tour de force actoral de principio a fin sin interrupción. No se depende de escenografía ni de vestuario, sino de las capacidades actorales de él y mías”, indicó la presidenta de Producciones Girasol, compañía que se estrena con el público general con este proyecto.

El juego sensual de los actores mientras examinan el tema del sadomasoquismo se presenta a través del forcejeo de quién domina a quién.

“Esta relación de sadomasoquismo en 1870 se da con la manera en que una persona somete a otra. En convertir al otro en esclavo. Es un juego sensual de dominio y, por eso, se discuten las diferencias de género”, comunicó el actor.

La intérprete añadió que esa exploración se da verbalmente y no está ceñida a lo físico. “Sí, hay un poco de látigo y cadena, pero se trabaja desde un punto de vista de la crueldad que no tiene que ser física, pero puede ser verbal. Es una pieza con contenido que también te pone a pensar en las relaciones de pareja”, aseguró.