Genuina, sincera y tan bonita por dentro como lo es por fuera. Así es Christine D’Clario. La joven cantante –quien se crió en Puerto Rico a partir de los siete años de edad y es reconocida por exitosos temas musicales de alabanza como “Rey”, “Magnífico”, “Fidelidad” y “Seguirte”, entre muchos otros– está de visita en la Isla con motivo de la grabación del especial de despedida de año de Univisión.

D’Clario se une a Limi-T 21, Victoria Sanabria, Plena Libre, Alexis & Fido, Luisito Carrión, Millo Torres y el tercer planeta, y Juan Vélez  para decir “Pa’ fuera el 2013” en el especial del mismo nombre producido por Acisum Group para Univision P.R. Dicho especial contará con la animación de Gricel Mamery y Antonio Sánchez “El Gangster”, y se grabará hoy, miércoles 11 de diciembre, a partir de las 7:00 p.m., en el parque agroturístico, ecológico y recreativo “El Dorado”, en el pueblo de Dorado.

El público general está cordialmente invitado para que se una a esta fiesta que se graba hoy, pero que, como todos los años, se transmitirá por Univisión P.R. el 31 de diciembre.

En entrevista con Primera Hora, Christine presentó su más reciente producción discográfica, titulada “Más profundo”,  la cual también cuenta con su versión en inglés, “Deeper”, marcando su debut en el mercado anglosajón, ya que la joven cantante es enteramente bilingüe.

Durante el encuentro, D’Clario habló abierta y francamente sobre su vida personal y artística, y cómo ambas están profundamente enlazadas. Además, hizo la salvedad de que, aunque sus canciones, en efecto, hablan de su adoración al Señor, su música es “para todo aquel que se pueda identificar con ella (la música). A mí no me gusta decir que yo soy cantante de música sacra porque no me gusta encajonar lo que tengo que decir en un público. No considero que deba haber una separación o una categorización de música sacra como un género. La música es música. La música fue creada por Dios, la música proviene del corazón de Dios. Nosotros decidimos, con nuestras expresiones musicales, qué connotación le vamos a dar. La música sacra, la música de adoración, no es un género. Los géneros son los diferentes ritmos que nosotros cantamos pero, realmente, la expresión que nace de un corazón, que hace que salga un canto espontáneo, que se convierta en una canción, que se convierta en un lema que, a lo mejor, pueda marcar la vida de una persona, es algo demasiado poderoso como para encajonarlo en un género”.

Más aún, D’Clario enfatizó que su música “proviene de un corazón que está agradecido con Dios por otra oportunidad de seguir la vida adelante con Él de la mano”.  Con esta declaración, la joven cantante aludía  a una etapa en su vida que ni oculta ni niega porque, precisamente, gracias a que se pudo redimir de la misma es que hoy tiene la dicha de alabar a Dios ante todo y ante todos. Y es que, en su temprana juventud, esta muchacha, huérfana de un padre alcohólico, vivió lo que ella llama “una vida doble”, acudiendo al culto por un lado, pero retando a Dios por otro con comportamientos desbocados e irreverentes, culpando al Señor por los obstáculos que le presentaba la vida. “Porque bien pude haber perdido la vida en tantas ocasiones, pero a Dios le plugo que yo pudiera seguirla con él de la mano. Y ha sido un proceso de 10 años, hasta el momento, en donde Él ha ido completando las piezas que han ido faltando y ha ido enmendando las piezas que se habían roto –¡que yo había roto! –, poquito a poco, a medida que he madurado en Él”.

Así, orgullosa de su fe cristiana y evangélica –así como de sus raíces boricuas–, Christine D’Clario manifestó que, complacida, como está, de poder cantarle a su nutrido público en la Isla, su devoción no la limita “a solamente hablarle o predicarle a los cristianos de adentro cuando, realmente, los que entiendo que más (lo) necesitan son los que, tal vez, no asisten a ninguna iglesia. Y hacia esos es a los que me quiero dirigir. Para mí”, concluyó,  “lo más hermoso, es cuando podemos ser lo suficientemente atrevidos para ser transparentes y decir, ‘¿Sabes qué? Yo soy humano como todos los demás. Tengo errores y tengo defectos que tienen que ser arreglados y no los puedo arreglar yo. Necesito del Señor para eso’”.