Medellín. Un ritmo de narcotráfico marca la dirección de la serie Pablo Escobar: El Patrón del Mal.

Desde el pasado 9 de enero se graban entre seis y ocho escenas diarias, y cada día hay carros bomba, muertes, refugios distintos, mientras unos personajes entran y otros salen.

“Realmente, estamos rodando a un ritmo de narcotráfico”, advertía el director de la tercera unidad de producción, Jorge Valencia, durante una pausa de una escena de muerte en un billar del barrio Belén Fátima, de Bogotá.

Lograr imágenes realistas, que seduzcan las emociones, mientras recrean los hechos históricos, es la idea compartida entre los tres directores de la producción, que completan Laura Mora y Carlos Moreno.

“Los colombianos hemos sido muy buenos en contar nuestra historia de una manera muy cliché, cayendo en muchos estereotipos que nosotros mismos hemos construido, entonces lo principal para nosotros era cómo salirnos de eso y cómo poder contar la historia del narcotráfico en Colombia en su etapa más álgida quizás, que fue la del Cartel de Medellín, de una manera muy seria”, detalló Laura Mora, quien junto con Carlos Moreno trabaja desde el 2011 para este proyecto.

La serie, basada en el libro La parábola de Pablo, de Alonso Salazar J., goza de una calidad visual cinematográfica, lo que los directores atribuyen a las dos cámaras independientes, de alta definición, que utiliza cada unidad.


A nivel de talentos estiman 1,700, en su mayoría actores.

“Es una serie muy masculina”, comentó la directora desde otra escena en Medellín.

Algo que destaca del equipo de producción es la presencia de personas tocadas directamente por el narcoterrorismo de Pablo Escobar.

Este par de directores lo vivió como residentes originarios de Medellín.

“Me tocó el final del Medellín opacado, triste, temeroso. Hubo una época en que nosotros salíamos a la calle y uno sentía el miedo en la calle, la soledad, el silencio, y ahora que la estamos haciendo y uno se para frente a un supuesto Escobar a decirle qué debe hacer, cómo lo debe hacer, de alguna manera es interesante, porque nosotros desde el arte no tenemos que ver las cosas desde un punto de vista del historiador, sino de las emociones generadas históricamente”, resaltó Valencia.

En el caso de Mora, encontró su mayor desafío en la construcción tras bastidores de los eventos que marcaron la historia de su natal Colombia.

“Para Carlos y para mí todo lo interesante ha sido el detrás de cámara de todos los eventos, y de todo eso, construir lo más verosímil”, apuntó la creativa.

Actualmente se graban los últimos 20 capítulos, de un total de 63.