Este año los anunciantes fueron a lo seguro en el Super Bowl.

No hubo bromas de mal gusto, se mantuvo lo sexual al mínimo y los temas controvertidos brillaron por su ausencia.

Desde el humor ligero de RadioShack burlándose de su propia imagen con iconos de la década de 1980 como Teen Wolf y las pasas de California, hasta un anuncio de Coca-Cola que destacó la diversidad cantando "America the Beautiful" en varios idiomas, fue una noche de publicidad sin aristas cortantes.

Dado que el anuncio de 30 segundos se vendía en alrededor de 4 millones de dólares y la audiencia se estimaba en más de 108 millones de televidentes, era crucial que los anunciantes hicieran contar su inversión. La publicidad chocante de otros años no siempre fue bien recibida. Así que este año los anunciantes se concentraron en temas más familiares: declaraciones de conciencia social, mensajes patrióticos y humor ligero.

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"Los anunciantes consiguen la atención, pero tratan de no excederse", dijo David Berkowitz, jefe de mercadotecnia para la agencia de publicidad digital MRY. "Muchas marcas prefieren ir a lo seguro".

Estos anuncios menos estridentes generaron una reacción imprecisa entre los televidentes. Keith Harris, que miró Super Bowl con familiares y amigos en Raleigh, Carolina del Norte, dijo que le pareció bien que la publicidad no fuera exagerada. "Los anuncios son menos cónicos, pero se prestan mejor a ver el Super Bowl con la familia", dijo.

Pero Paul Capelli, quien vive en West Chester, Pensilvania, dijo que la mayoría de los anuncios fueron sosos: "Los buenos anuncios fueron como un pase de Payton Manning a Wes Welker, lo hubo, pero fueron pocos y los que se hicieron sentir lo dejaron a uno con ganas de ver algo más espectacular".