La eliminada resultó ser la concursante cubana Iselis Arzola, que figuraba como nominada a abandonar la competencia junto a su compatriota Maday Velázquez, el dominicano Domingo Navarro y el expolicía y exmodelo puertorriqueño. 

Así las cosas, el camino queda libre para que la producción siga explotando el supuesto romance entre Maday y Dante. De hecho, el “highlight” del programa de esta noche fue el beso que se dieron los dos concursantes y al que le dedicaron buena parte de la emisión. 

Lo cierto es que en el programa no pasa mucho. El gran problema de la propuesta de “Gran Hermano” es que nos llega bastante postdatada: 20 años después de la creación del concepto original y a más de una década de que alcanzara su apogeo en diferentes países. Así las cosas, ¿qué puede presentar “Gran Hermano” que resulte novedoso?

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No solo la producción no tiene gran capacidad para crear situaciones interesantes, sino que los concursantes parecen haberse quedado mentalmente todos esos años atrás.

Asistir el programa es ver a adultos hechos y derechos comportarse como jovencitos de escuela intermedia, llorando porque tienen un “crush” con alguno de los concursantes, jugando a papá y mamá, o comportándose como chicuelos retozones en fiestecillas de disfraces.

Que lo más interesante que pasó esta semana fue el beso de Maday y Dante jugando a la botellita nos da una idea del nivel. Es tan poco lo que sucede, que ahora tienen números musicales en el estudio para llenar el tiempo del programa de eliminación. En el programa de hoy, el artista invitado fue el cantante de rancheras Pedro Fernández.