En Puerto Rico, la palabra “pato” tiene un poder que solo conocen los homosexuales y lesbianas. Escucharla les recuerda que aún no son del todo aceptados, que en cualquier momento recibirán burlas o ataques, que hay razones para que los excluyan de oportunidades, lugares, actividades. Cuando ese sentimiento de persecución se experimenta en la juventud, cualquier precio es razonable para escapar del peligro emocional.

En esa trampa cayeron “Gina” (Gina Fernández) y “Nicolás” (Luis Raúl Santiago) en el capítulo de anoche de la serie No me compares, que va al aire los jueves a las 9:00 p.m. por Univision Puerto Rico y por Primerahora.com en servicio “on demand” sin editar. 

Él es gay, ella lesbiana; así que convinieron ser novios ante la sociedad para fingir que son heterosexuales. De esa forma, piensan ellos, se librarán del rechazo de sus compañeros de estudio y amigos, especialmente de la intimidación de las “Dívoras”.

Sin embargo, incurrir en ese tipo de mentira social puede hacer más daño que bien. Según un estudio de Amnistía Internacional (2012), proyectar una imagen que contradice la identidad lacera la autoestima. Además, amenaza la confianza que los seres cercanos puedan tenerles a los integrantes del noviazgo por conveniencia. Después de todo, se trata de un fraude.

Ahora bien, tampoco se debe obligar a alguien a salir del clóset. ¿Cómo se puede, entonces, mantener la orientación sexual en privado y enfrentar el hostigamiento al mismo tiempo? La responsabilidad no recae en las víctimas, sino en los posibles victimarios. Por eso, a continuación, ofrecemos consejos para que no acoses, sin querer ni queriendo, a ninguna persona que pienses que es homosexual, lesbiana o bisexual:

1. Ojo con palabras y miradas - Elimina de tu vocabulario la palabra “pato” y otros insultos, a menos que te estés refiriendo al animal, claro está. Asimismo, evita miradas fijas o de reojo que puedan ser interpretadas como intimidación.

2. Lo que se ve no se pregunta - No preguntes la orientación sexual a no ser que la persona te haya dado esa confianza.

3. Todos tenemos sexualidad - Es ridículo señalar que alguien es diferente por ser homosexual, bisexual, lesbiana o pansexual. A fin de cuentas, la heterosexualidad es solo una de diversas orientaciones sexuales.

4. No te quedes callada(o) - Si eres estudiante y crees que un(a) compañero(a) está siendo víctima de intimidación, acoso o exclusión por ser percibida(o) como gay, notifícalo a profesores o a las autoridades correspondientes.

5. Edúcate - Si crees que la homosexualidad es vestirse de mujer, estás bien quedao. Busca información para que aportes a la sana convivencia. Un buen lugar para empezar es la página web de Amnistía Internacional, www.amnistia.org