Roma - Expertos reunidos hoy en la Exposición Universal de Milán (Italia) reclamaron una mayor investigación sobre el impacto ambiental que supone el consumo humano de medusas en lugares como Europa, donde no existe esa tradición.

El director de Ciencias agroalimentarias del Consejo Nacional de Investigación de Italia, Francesco Loreto, detalló a Efe por teléfono que hay medusas que tradicionalmente han formado parte de la dieta en otras culturas como algunas orientales.

En forma de sushi o cocinadas con salsa, especias o en tempura, también se pueden deshidratar o conservar en salazón.

En el mar Mediterráneo existe la "Cotylorhiza tuberculata", también llamada medusa de huevo frito, que -aunque se podría comer- tiene incluso más interés para la medicina que para la gastronomía, según el responsable científico.

Esta contiene sustancias que parecen tener una función contra el cáncer de mama, aseguró Loreto, quien señaló que las medusas, al igual que otros animales marinos, son importantes por sus micronutrientes y se pueden emplear en forma de aditivos y productos farmacéuticos.

Compuestas de agua y proteínas como el colágeno, las medusas "son todas tóxicas", pero pueden perder las toxinas una vez que se tratan y se cocinan, tal como sucede con ciertas setas, aseguró el investigador italiano.

Loreto consideró que, antes de proceder a su explotación como alimento, debería estudiarse mejor el comportamiento de los ecosistemas para saber si su equilibrio podría pasar a estar en peligro.

En el Mediterráneo, los ecosistemas "ya están perturbados con la explotación intensiva de la acuicultura y la pesca, con el cambio climático y con la invasión de medusas", según el experto.

Pero frenar esa invasión destinando medusas a la alimentación se requiere una mayor investigación, con el fin de evitar daños ambientales, añadió.

Una nueva corriente propugna el consumo de alimentos alternativos en Occidente como medusas, algas e insectos, dentro de las fórmulas para alimentar una población en aumento que se calcula que llegará a los 9.000 millones de personas en 2050.

El encuentro en la Expo de Milán, dedicada a la alimentación, abordó la cuestión de la investigación científica de nuevos alimentos y los aspectos legislativos y de seguridad que influyen en su introducción en la dieta de los europeos.

Según los expertos, el mar Mediterráneo es una de las regiones del planeta más sensibles al cambio climático y se está volviendo más tropical con el aumento de las temperaturas, ofreciendo un hábitat ideal para nuevas especies, incluidas las medusas que provienen del mar Rojo gracias a la reciente ampliación del Canal de Suez en Egipto.

La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sostiene que la sobrepesca, que elimina a los principales depredadores marinos, es uno de los factores que están detrás de la proliferación de medusas.